28 de octubre de 2006

Simunek mantiene inexpugnable el "campamento"

Tábor fue el escenario elegido para la disputar la tercera de las batallas en pos de la Copa del Mundo. Esta localidad enclavada en la Bohemia de Sur dentro de la República Checa fue fundada en la primavera del año 1420 por los partidarios de un movimiento religioso reformista también conocidos como los "husitas".

El nombre de husitas fue acuñado por los seguidores de Jan Hus tras la muerte del maestro. Hus impulsó un movimiento cristiano basado en unas ideas que defendían un retorno al cristianismo primitivo, en clara oposición a la jerarquía y a los postulados de la Iglesia.
Estos seguidores se multiplicaron en momentos en que la Iglesia Católica sufría la crisis del llamado Cisma de Occidente, cuando ejercían dos papas, a los que en 1409 se agregó un tercero, Alejandro V, que condenó el movimiento husita y excomulgó a Jan Hus. Convocado el Concilio de Constanza con el fin de reunificar a la Iglesia Católica, Hus acudió a defender sus puntos de vista, pero fue condenado allí a morir en la hoguera y el 6 de julio de 1415 fue quemado vivo.
Antes de ser quemado, Hus dijo a su verdugo unas palabras que pasaron a la historia: "Vas a asar un ganso (hus significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar." Estas palabras fueron una profecía que se cumplió en Martín Lutero, quien apareció al cabo de unos cien años, y en cuyo escudo de armas figuraba un cisne. Jan Hus fue un precursor del Protestantismo.
Cuando Jan Hus falleció en 1415, los desde entonces llamados husitas partieron desde Praga y se dirigieron a la Bohemia del Sur dónde construyeron una ciudad a la que pusieron el nombre de Tábor en referencia al monte bíblico. En checo esa denominación significa "campamento".

La ciudad de Tábor se convirtió en fortaleza inexpugnable de los husitas y centro de ese movimiento religioso. Por largo tiempo los ejércitos husitas derrotaron una y otra vez a sus enemigos. Su capitán era Jan Zizka, un hidalgo checo, tuerto desde su juventud.

Jan Zizka también perdió el otro ojo en la batalla, pero siguió venciendo durante los años siguientes y murió sin conocer la derrota. El monumento a Jan Zizka, el caudillo militar más importante de la historia checa, se halla en muchas ciudades checas y la de Tábor no es ninguna excepción. Además el epicentro de la ciudad, que es la plaza mayor, lleva el nombre del propio Zizka.

Como es fácil de entender, la vida fue dura con Zizka y él, por ello, solía ser duro tanto consigo mismo como con sus enemigos. Pero en su campaña por la causa de las ideas husitas logró comportarse también de manera misericordiosa. Un ejemplo de ello es lo sucedido en la ciudad de Kutná Hora, Bohemia Central. Ordenó destruir todo el complejo de un monasterio respetando la preciosa iglesia. Sin embargo, uno de sus hombres trepó al tejado de la iglesia, la prendió fuego y luego más tarde confesó su hecho pidiendo una recompensa en oro. Zizka le dio lo pedido, mandando derretir una barra de oro y verterlo en la garganta del incendiario.

En la ciudad de Tábor no sólo están presentes los recuerdos a Jan Hus y Jan Zizka, sino que sigue siendo un lugar con una atmósfera medieval que se puede sentir en las estrechas calles de su casco histórico, un precioso lugar que merece la pena ser visitado.

Pero el pelotón internacional del ciclo-cross no acudió a la cita precisamente de visita sino a batallar, en la que los ciclistas checos, en el papel de husitas tiempo atrás, iban a pelear con el único objetivo de la victoria y mantener inexpugnable la fortaleza de Tábor.

El campo de batalla tenía una larga cuerda que se acercaba a los trés kilómetros. Sobre un terreno duro de pradera fundamentalmente, aderezado con unos tramos de escaleras que salvaban los diferentes desniveles, y unas pronunciadas curvas y obstáculos que reducían la enorme velocidad que se podía desarrollar en este circuito, los corredores tomaron la salida en un soleado día, en el que era muy atractivo contemplar el espectáculo ciclista.

Con la deserción del francés Mourey de entre los contendientes, los favoritos desde el inicio ocuparon los lugares de privilegio, dentro de un grupo extenso y compacto dominado por los ciclistas checos, por aquello del que primero golpea, lo hace dos veces. Nuestro representante, el cántabro Isaac Suárez, saliendo del centro de la parrilla de salida, pudo mejorar un destacado número de puestos, llegando a ocupar en la primera vuelta la decimoséptima plaza del gran grupo, con la que nos conseguía mantener expectantes por observar un episodio más de su continua intentona por figurar entre los ciclistas relevantes de este tipo de competiciones.

Zdenek Mlynar fue el encargado de llevar las riendas en los primeros compases de la prueba alternando su posición con el holandés Gerben de Knegt. La armada checa con un voluntarioso Ausbuher, el eléctrico Stybar y un inteligente Simunek se mostraban en la cabeza de carrera, acompañada de los temibles belgas, Nijs, Wellens y Vervecken, junto a un gran número de corredores que enfilados todos, formaban un numeroso grupo.

Aunque la marcada existencia de una, siempre utilizada, única trazada y los puntos revirados del circuito, nos permitía volver a contemplar imágenes de pequeños enganchones y errores que hacían retroceder un buen número de posiciones a pesar de que el percance fuese mínimo, como sucedió en la pasada prueba de Kalmthout, aquí sin embargo si existía la posibilidad de adelantar y mejorar posiciones puesto que el circuito era lo suficientemente ancho para ello.

Tras la tensa calma y la alternancia en cabeza de carrera, a los diez minutos de iniciada la carrera, Sven Nijs tomó el mando, elevando el ritmo y soportando el mismo durante un periodo de tiempo que sirvió para realizar un pequeño corte de siete ciclistas formado por Nijs, Vervecken, Wellens, Simunek, Ausbuher, Mlynar y Stybar.

La armada checa mostraba su fortaleza ante unos rivales, que empezaban a seleccionar el grupo, mostrando la calidad que atesoran. Por detrás, los ciclistas de Rabobank mantenían al grupo perseguidor a escasos segundos, momentos en que los primeros huecos empezaban a abrirse, y en la que irremediablemente Isaac Suarez ya no se mantenía a cola. El gozo en un pozo.

Pero en la tercera vuelta, sin saber uno como se produce realmente, un dúo ciclista auspiciado por Wellens y escoltado por Simunek, comenzó a abrir un hueco, que paulatinamente fue tomando ventaja hasta el punto de resultar definitivo en el desenlace de la carrera.
Parecía que Wellens recuperaba la imagen a la que nos tiene acostumbrados, y sorprendía la presencia de Radomir Simunek JR., hijo del gran campeón que vistiendo los colores del equipo belga Palmans Collstrop, se estaba erigiendo en el inesperado protagonista del día. Su proceder en carrera estaba resultando propio del mejor de los manuales del deporte del ciclo-cross. Inteligente y atento en carrera, a pesar de la alternancia hasta entonces en la cabeza de prueba, siempre se situaba tras la estela de los ciclistas que llevaban el peso de la carrera, sorteando de este modo cualquier problema de posibles caídas, evitando hacer esfuerzos innecesarios de recolocación en el grupo y observando con la nitidez que te da el estar en cabeza de carrera, el desarrollo de la misma. En esta jornada estuvo brillantísimo el joven checo.

El peso del dúo lo llevaba Wellens, mientras que por detrás nadie se atrevía a apostar decididamente por reducir la ventaja de los fugados. Los segundos iban aumentando a favor de un dúo en el que ahora también creía Simunek, que colaboraba con el belga en busca de un hueco mayor, que ya era de más de medio minuto a mitad de carrera.

Vervecken era consciente de que la carrera se podía marchar, y aunque era la persona que llevaba la mayor parte de la persecución, demandaba ayuda. Este “perro viejo” la encontró en Sven Nijs, que inició una persecución, que volvió a fragmentar un grupo, que aumentaba en número cada vez que se reducía mínimamente la velocidad dentro de él.

La velocidad de Sven Nijs permitió reducir de nuevo la diferencia, pero de una forma mínima. Sorprendentemente la carrera quedó sentenciada a favor de los dos fugados cuando próximos a entrar en el último cuarto de hora de la prueba, ocurrió algo a lo que no estamos acostumbrados a ver, y es que Sven Nijs dio la sensación de que se autodescartaba en la lucha por la victoria, y esto unido a un pequeño traspié a la salida de un obstáculo artificial, contribuyó a que el belga fuese perdiendo posiciones paulatinamente, saliendo incluso de las diez primeras plazas.

La coyuntura fue aprovechada por Stybar, que aunque sin posibilidades de luchar por la victoria, lanzó un ataque que sólo fue correspondido por Vervecken. Así veíamos como la armada checa depositaba sus esperanzas en sus jóvenes guerreros, habida cuenta de que ciclistas como Mlynar habían perdido comba con el grupo, Ausbuher no estaba para nada más que aguantar en el grupo, y Dlask en ningún momento de la prueba dio la sensación de ser amenaza alguna.

Sin embargo, Sven Nijs volvió a aparecer en los últimos compases de la prueba, para reintegrar a Stybar y Vervecken al grupo, mientras que todo estaba dispuesto para, en un combate cuerpo a cuerpo, dilucidar el vencedor final. Un avispado Simunek, comprobó a falta de dos vueltas, como en un tramo de escaleras que continuaba con pequeña ladera en ascenso, el montar y arrancar con la bicicleta de Wellens, se producía de una forma excesivamente lenta, signo inequívoco de la falta de frescura del ciclista del Fidea.
En la última vuelta, el ciclista checo, fue liderando la prueba y a su vez observando el comportamiento de su rival ante los cambios de ritmo a los que sometía al belga, hasta que llegado al punto anteriormente citado, decidió lanzar un ataque que el gran ciclista belga no pudo repeler. Se mantuvieron en un estrecho margen durante un buen rato, pero finalmente, Wellens se rindió ante la imposibilidad de dar caza a Simunek y por tanto de alcanzar la victoria.

La experiencia, astucia y talento del belga parecía de antemano que iba a anteponerse a la bisoñez del hijo del maestro Simunek, pero gracias a su inteligencia y su calidad como ciclista dio la sorpresa y nuevamente la fortaleza de Tábor se mantiene inexpugnable ante cualquier invasor.

Así de este modo Simunek entraba celebrando la victoria con diez segundos sobre un derrotado Bart Wellens. Por detrás en un sprint dominado claramente por Vervecken, entraban tras éste, Klaas Vantornout, Sven Nijs y Zdenek Stybar, por este orden y marcando el mismo tiempo. Isaac Suárez finalizó en la trigésimonovena plaza a cuatro minutos y medio del vencedor.

25 de octubre de 2006

Comienza el Tour de la "tierra de gente honrada"

Del 25 de Octubre al 5 de Noviembre se disputará la vigésima edición el Tour de Burkina Faso con salida y llegada en su capital, Ouagadougou.

La República Democrática de Burkina Faso es un país enclavado en el África Occidental, que no posee salida al mar, y que limita al noroeste con Malí, al noreste con Níger, y al sur con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín.

Perteneciente a hasta su independencia en 1960 a Francia, recibía el nombre de Alto Volta, hasta que en 1984 fue renombrada como Burkina Faso, nombre vigente en la actualidad, y que significa “tierra de gente honrada” en la lenguas maternas del país.

En este ciclismo globalizado de nuestros días, como en tantos otros aspectos de la vida, el continente africano es el que más retraso lleva en todos los sentidos, especialmente si dejamos a un lado los, europeizados y de raza blanca, ciclistas de Sudáfrica, como pueden ser los conocidos David George o Robert Hunter.

El Tour de Burkina Faso, está considerado como el Tour de Francia del continente africano. Quizá la influencia de la organización, que es la misma que la de la ronda gala, haya influido en tal denominación, pero no es menos cierto que para nosotros es la más conocida de cuentas pruebas se celebran en el continente africano.

Buena parte de la culpa de que esta prueba sea conocida por estos lares, la tiene el histórico conjunto vasco Cafés Baqué, y especialmente un ciclista burkinés que formó parte de este equipo, cuyo nombre es Hamado Pafadnam. Nos estamos remontando al año 2002.

El joven pastor Hamado Pafadnam vivía en Dablo, un poblado del norte de Burkina Faso sometido a las duras condiciones de vida del Sahel, cerca del desierto del Sáhara. La bicicleta era su pasión y lo que haría que su vida cambiase. Zongo Sahyouba, un mítico ex-ciclista burkinés, descubrió la vocación de Pafadnam y se lo llevó a Ouagadougou, la capital de Burkina Faso. Con la ayuda de Zongo, Hamado llegó a ser uno de los mejores ciclistas del país, hasta el punto de ostentar un alto grado de popularidad y reconocimiento, dentro de un país en el que el fútbol lo acapara todo.

Fue entonces, en 1999, cuando los realizadores Oriol Gispert y Lluís Jené rodaron “El Tour de los hombre íntegros”, un documental sobre el Tour de Burkina Faso. En él, Pafadnam expresaba un deseo, que no era otro que poder entrenar algún día en Europa, como hacían los ciclistas que resultaban victoriosos en el Tour de Burkina Faso, para volver a su país y ganar el Tour. La diosa fortuna quiso, unos años más tarde que los directivos del equipo Cafés Baqué vieran dicho documental en el por aquel entonces privado y popular Canal+ y decidieron ofrecer a Pafadnam la oportunidad con la que soñaba.

Así, este golpe de azar, puso a Hamado Pafadnam rumbo a Europa, y encontró acomodo en Euskadi, formando parte del conjunto de Durango. Durante el tiempo que compitió con los colores de su equipo, la participación del ciclista de color, causó una inusitada expectación, por lo exótico de su presencia que no por sus prestaciones como ciclista. Alojado en el caserío Txakurzulo, en las estribaciones del mítico puerto ciclista de Urkiola, vivió seis meses, en las que no sólo trató de mejorar deportivamente, sino que conoció y aprendió de la sociedad europea, y convivió con unos compañeros ciclistas, que gracias a él, entendieron que significa vivir en África.

Así que a finales de Octubre, Hamado Pafadnam regresaba a Burkina Faso para disputar el Tour. Tras su difícil periplo en Europa, regresaba a casa junto con sus compañeros de Cafés Baqué, en el intento de alcanzar la ansiada victoria. Ciclistas como el nuevo fichaje de Euskaltel-Euskadi para la temporada 2007, Aitor Galdós, así como el notable pucelano de Kaiku, Ricardo Serrano, o el accidentado ex-ciclista cántabro Efraín Gutiérrez formaban parte de aquella expedición, que junto con el mencionado Pafadnam completaban José Daniel Aguado y Mikel Aguirre en lo que al apartado estrictamente deportivo se refiere.

Buena parte del conjunto cafetero sucumbió ante los problemas físicos originados de las condiciones de salubridad existentes en Burkina Faso. A pesar de todo, el conjunto Cafés Baqué fue uno de los más destacados aupando finalmente a Hamado Pafadnam a la tercera posición, y siendo Aitor Galdós sexto en al general final, privado además por el belga del Marco Polo Cycling Team, Lionel Syne, de obtener el maillot por puntos. Junto a estos dos corredores, del conjunto vasco también acabó Ricardo Serrano, aunque a más de dos horas y media del vencedor, y en penúltima plaza.

Hoy en día, en tan poco tiempo, y como ejemplo de las evolución lógica de un ciclismo que se mueve a ritmo vertiginoso, no han sido pocas las cosas que han cambiado, y además en muchos sentidos.
Por ejemplo, Hamado Pafadnam, que apenas monta en bicicleta, continua en el Cafés Baqué en labores técnicas ejerciendo como mecánico. Los ciclistas que acompañaron al burkinés han tenido suertes dispares. Algunos de aquellos jóvenes corredores, que formaban parte del conjunto más potente de la categoría amateur en España, continúan en el ciclismo de forma profesional al más alto de los niveles. Otros tuvieron el infortunio de que la tragedia se cruzara en su camino, de la que afortunadamente acabaron recuperándose, y algún otro, como la mayoría de los ciclistas que compiten en estas categorías, cuando alcanzan cierta edad cuelgan la bicicleta.

En cuanto al ciclismo en Burkina Faso, con el que Hamado Pafadnam no ha perdido el contacto, ya que se pudo ver a los ciclistas que representaron a este país en los Mundiales de Salzburgo con guantes de la firma cafetera, han vuelto a recuperar la hegemonía de su propia carrera tras las victorias de Jérémie R. Ouedraogo en el 2005 y Abdul Wahab Sawadogo en 2004. También el ciclismo de este país ha visto como aparecían firmas comerciales para esponsorizar a sus ciclistas e incluso uno de sus ciclistas ha sido galardonado al conquistar el UCI Africa Tour.

Así que ya está en marcha la 20ª Edición de esta prueba, con 11 etapas por delante para cubrir los algo más de 1270 kilómetros, que discurrirán por este, prácticamente llano, país. Con la anunciada participación de ciclistas de Burkina Faso, Francia, Bélgica, Angola, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Gabón, Japón, Mali, Senegal, Zimbabwe, Benín, Níger y Togo, más de un centenar de ciclistas lucharán, unos por retener el maillot amarillo en Burkina Faso, y otros por llevárselo a su respectivo país. ¿Quién lo conseguirá?

24 de octubre de 2006

Seco dice adiós a la temporada

La breve temporada de competiciones que debe cubrir un especialista en ciclo-cross, hace que cualquier percance, aunque éste no sea grave, trastoque seriamente todos los esfuerzos e ilusiones fraguados en los meses precedentes. Además si es de gravedad, como ha sucedido en esta ocasión con la lesión de David Seco, supone el prematuro fin de la temporada, aunque ya en casa, el ciclista de Busturia se muestra esperanzado en poder adelantar los plazos de recuperación y vestirse de corto en el tramo final de la temporada.

La siempre desafiante mirada de ciclista se mostraba triste por el varapalo que supone este contratiempo en forma de lesión. El ciclista no tuvo una buena salida en la prueba de Kalmthout, y en esos primeros compases de la prueba, donde aflora la tensión, la velocidad es altísima y los ciclistas luchan imperiosamente por adelantar posiciones, vio como perdía el control de su bicicleta chocando contra una de las vallas que delimitaban el circuito dando con sus huesos en el suelo cuando ya se encontraba presto a enfilar un nuevo paso por la línea de meta.

La fractura fue dolorosa y enseguida el ciclista pudo comprobar como no podía mover la pierna izquierda. Las asistencias inmovilizaron al ciclista, que estuvo tumbado dentro del circuito durante más de un cuarto de hora, ante las miradas de curiosidad, incredulidad e incertidumbre de sus rivales, al ver que durante varias vueltas el ciclista seguía allí postrado.

La decepción del ciclista de Busturia es más que evidente, en una temporada en la que había realizado una valiente apuesta por el ciclo-cross internacional, después de reencontrarse como ciclista durante la temporada 2005/2006, tras unas aciagas temporadas precedentes, mediatizadas entre otras cosas, por el fatal accidente de tráfico que supuso la irreparable pérdida de su hermano Paúl, al que se sentía muy unido.

El veterano ciclista de 33 años, sólo superado en edad por Erwin Vervecken (1972), Richard Groenendaal (1971), Robert Glazja (1971) y Alessandro Fontana (1970) entre los presentes en Kalmthout tendrá que aplazar un año su intento de replantear un calendario con miras internacionales, habida cuenta que el calendario nacional se le había quedado pequeño.

La mala suerte se ha cebado con el corredor vizcaíno, que a pesar del agresivo, arriesgado y decidido maniobrar que siempre le ha caracterizado, jamás había sufrido lesión alguna de esta gravedad. Pero dentro de este infortunio, el ciclista trata de agarrarse a lo poco positivo que le queda, y es que la fractura ha sido totalmente limpia y no le dejará secuela alguna. El yeso de la pierna izquierda y la posterior rehabilitación hacen pensar que el ciclista de Busturia estará aproximadamente tres meses de baja, tal y como le comunicaron en el hospital, lo que supone la pérdida total de la temporada.
Sin embargo el rubio ciclista no pierde la esperanza de acortar los plazos en principio indicados, y cifra entre cinco y seis semanas el tiempo que permanecerá la escayola en su pierna que unidas a un par más de rehabilitación, hace que tenga la pequeña esperanza de volver a pedalear en los últimos compases de la temporada.

Así de este modo, no sólo se abre la incógnita de si podrá recuperarse esta temporada, sino que también deja el panorama nacional abierto a una sucesión, en la que Isaac Suárez parte con ventaja al ser junto al propio David Seco, los únicos que volcaban sus esfuerzos en la disputa de un calendario internacional. Pero no es menos cierto, que las prestaciones del ciclista cántabro, intimidan menos y carecen de fiabilidad, en comparación con las que ofrecía el ciclista de vizcaíno. Por lo tanto, a partir de ahora, se abre un abanico más amplio de ciclistas en pos del cetro nacional de la especialidad ciclista invernal por excelencia, que el ahora lesionado David Seco ha dejado vacante.

Nijs impone su ley en Kalmthout

La localidad belga de Kalmthout fue la designada para acoger la segunda prueba de la Copa del Mundo de Ciclo-Cross en la que pudimos contemplar como Sven Nijs fortalecía su dominio con una nueva victoria.

El circuito de Kalmthout es uno de los más anodinos del panorama internacional, ya que el diseño, únicamente permite una trazada idónea, dificultando los adelantamientos, así como posibilitando absurdos encontronazos entre ciclistas por la aglomeración de éstos en determinados puntos de un sinuoso y estrecho trazado.

Así que bajo estas condiciones, y con un circuito con un firme duro, la salida de la prueba se antojaba importantísima. Esta circunstancia no favoreció para nada a los cuatro representantes nacionales. Dejando a un lado a los excursionistas Zuhaitz Ayuso y Jorge Iruretagoiena, que estuvieron en la prueba poco más allá de la mitad de la misma, Isaac Suárez, que fue el que mejor salió, nunca pudo superar la posición vigesimoquinta, quedando cortado del numeroso grupo que le precedía y que a la postre optaría a los puestos de privilegio. Peor salida tuvo David Seco, que además y desgraciadamente se vio obligado a abandonar por un serio percance en forma de caída, cuando enfilaba la línea de meta en los primeros compases de la prueba, y lo que es más negativo, ocasionándole una grave lesión al ciclista de Busturia, que se verá obligado presumiblemente a poner punto y final a la temporada de forma prematura. Un lástima para un ciclista que había apostado por la temporada internacional, y que privará al ciclo-cross nacional de su ciclista más representativo, y que sin lugar a dudas, marcará el desarrollo de la temporada a nivel nacional.

Las primeras vueltas fueron de tanteo, en las que una veintena de ciclistas rodaba prácticamente juntos, sólo alterados por el ritmo de checos y belgas en los tramos más conflictivos del circuito, pero que no servían de nada, puesto que el reagrupamiento era general en el tramo de carretera en el que estaba situado la meta. Dentro de este grupo no puedo entrar Isaac Suárez, y evidentemente tampoco David Seco, que se encontraba siendo atendido por los médicos de la prueba en el interior del circuito, ante la mirada sorprendida de los rivales que veían como durante más de 20 minutos, el ciclista vizcaíno estaba tumbado en el suelo para ser posteriormente trasladado en una camilla por el personal sanitario.

El tramo de carretera que servía para reagrupar a los ciclistas, puesto que nadie estaba decidido a llevar el peso de la prueba en este tramo, posibilitó por esta misma circunstancia, el primer corte serio y a la postre definitivo, en el que Sven Nijs, Francis Mourey y Zdenek Mylnar cogieron paulatinamente unos metros de ventaja, que aumentaron ante la pasividad de sus perseguidores en el intento de contactar con ellos.

En un circuito que por su complicado y sinuoso trazado ciclistas con el centro de gravedad más bajo, como Francis Mourey o Zdenek Mylnar se movían mejor que los que no lo tienen como Erwin Vervecken, Gerben De Knegt o Petr Dlask, la distancia entre el trío de escapados y el numeroso grupo perseguidor se fue ampliando paulatinamente. Delante, daba la sensación que el peso de la prueba recaería sobre Sven Nijs, pero Francis Mourey trató de tu a tu al ciclista belga, colocándose en cabeza de carrera con la intención de dejar de rueda a sus dos compañeros, consiguiendo parte de su objetivo ya que su acción sirvió para que el checo Zdenek Mylnar perdiese unos metros, que no pudo recuperar definitivamente, al ver como tras caerse en una de las curvas del circuito, el tubular de su rueda delantera se había despegado de la llanta. El tiempo que necesitó el ciclista del AC Sparta Praha para delvolver el tubular a su sitio, hizo que el numeroso grupo perseguidor le diera caza, pero poco duró dentro de este grupo ya que instantes más tarde volvía ver como el tubular se salía de nuevo y optó por la retirada.

Coincidiendo en el tiempo, otro de los nombres importantes de la prueba, que viajaba en el grupo perseguidor, el italiano Enrico Franzoi (Lampre-Fondital), también abandonaba al romper el cambio.

Así que de este modo, entrábamos en el último tercio de la prueba, con el dúo cabecero formado por Sven Nijs (Rabobank) y Francis Mourey (Française des Jeux), y por detrás una veintena de ciclistas prácticamente formando un único grupo, en la que Erwin Vervecken llevaba el peso de la persecución sin convicción, y en la que viajaba un desdibujado Bart Wellens, que no fue ni la sombra del ciclista que es.

La solicitud de colaboración por parte de Erwin Vervecken, sólo era atendida por un pundonoroso Christian Heule (Stevens Racing Team), que cuando se frenaba el grupo accedía a la primera plaza, para mantener el ritmo de persecución, aunque su honorable gesto, no servía para reducir las diferencias. Bart Aernouts y Klaas Vantornout, en las postrimerías de la prueba colaboraron en la caza, pero quizá más por el interés de reducir el número del grupo perseguidor que se iba a jugar la tercera plaza del podium, que por un interés real de reducir diferencias puesto que la existía entre el dúo de cabeza y sus perseguidores era ya insalvable.

Así, se llegó a la última vuelta, en la que con un soberbio y espectacular ataque, en un tramo precedido de una bajada, y que entre árboles discurría por una zona arenosa, Sven Nijs, puso un ritmo endiablado, que nos dejó atónitos por la asombrosa capacidad para pedalear a la velocidad que lo hacía por un tramo tan comprometido como ese. Fue una acción de una belleza plástica en sus movimientos digna de mención, como sólo deportes como este puede ofrecernos, y que permitió al ciclista de Rabobank abrir una brecha que le sirvió para proclamarse finalmente vencedor.

Por detrás, Francis Mourey, llegaba a meta con 15 segundos de retraso, que no hace más que confirmar a este ciclista como seria alternativa a los ciclistas belgas, puesto que no disputará un calendario tan cargado como éstos, y que parte esta temporada con el objetivo de intentar proclamarse Campeón del Mundo de la especialidad. Parece que el ciclista francés está en el buen camino.

El grupo perseguidor entró a poco más de un minuto de diferencia, en un numeroso sprint en el que se impuso por escaso margen y favorecido por la peculiar ubicación de la línea de meta, el belga Erwin Vervecken (Fidea Cycling Team) por delante de Sven Vanthourenhout (Rabobank) y el checo Kamil Ausbuher.

Por detrás, en 18º lugar entraba un desconocido Bart Wellens (Fidea Cycling Team) a poco menos de minuto y medio, y a tres minutos lo hacía el cántabro Isaac Suárez siendo 32º, en una actuación que no estuvo acorde con lo que se esperaba de él.

La próxima cita será el 28 de Octubre en Tabor (República Checa) donde a buen seguro los ciclistas que corren en casa tendrán mucho que decir.

23 de octubre de 2006

Unai Yus se impone en Villarcayo

El municipio burgalés de Villarcayo, enclavado en el Norte de Burgos, en el centro de Las Merindades, albergaba la segunda prueba de la Copa de España de Ciclo-Cross. El circuito situado en el Parque “El Soto”, en el que un fuerte viento hizo acto de presencia a lo largo de toda la jornada, pero que de ningún modo deslució ni perjudicó el desarrollo de las pruebas disputadas, fue el lugar elegido para su celebración. Un bonito lugar para la práctica de este deporte, en el que la organización diseñó un excesivamente revirado circuito, para completar una amplia cuerda que facilitó el bajo número de ciclistas doblados.

La mañana dio comienzo con la categoría Cadete, en la que 40 ciclistas, entre ellos dos féminas, nos permitieron observar como finalmente dos hermanos gemelos, Iñigo y Jon Gómez Elorriaga, dominaron la prueba auspiciados en una labor conjunta, que permitió al a la postre vencedor, destacarse desde los primeros compases de la prueba. Pero la manifiesta superioridad de estos dos hermanos en el circuito burgalés, permitió también al segundo de ellos, distanciar a sus rivales, y acercarse claramente a su hermano, entrando en meta prácticamente juntos. Otro ciclista vizcaíno, Aitor Unanue, completó el podium, y un rosario de ciclistas venidos de las diferentes puntos del territorio nacional, nos permitió conocer a los ciclistas que aún no tan entonados como los ciclistas vizcaínos que coparon el podium, tendrán la oportunidad de dar buena cuenta de éstos, si progresan adecuadamente, cuando la temporada vaya consumiendo hojas del calendario.
Cabe reseñar como aspecto positivo, la entrada en escena de dos jóvenes féminas, que suponen una necesaria sabía nueva, dentro de una especialidad tan necesitada de ésta, especialmente si nos centramos en hablar de la presencia de mujeres en este deporte.

La segunda de las pruebas del día concentró a los ciclistas Junior, Féminas/Elite, y Máster 30, Máster 40 y Veteranos 50. La prueba Junior tuvo como vencedor a Jon Ander Manjón, que dominó a su antojo la competición, y en ningún momento vio peligrar su victoria. Tras él, los catalanes Eduard Recasens y Hermes González completaron el podium. Llamó la atención la selección catalana, no sólo por el magnífico nivel ofrecido como conjunto, ya que además de los dos ciclistas citados, Françesc Guerra se clasificó sexto, sino también por las coloridas medias, que no calcetines, que vestían sus ciclistas, cuyo gesto por lo llamativo, inusitado, desconjuntado y ridículo fue comentado por muchos de los allí presentes.
Si la selección catalana copó buena parte de los primeros puestos, no debemos dejar de señalar a Victor Cabedo, que a pesar de su cuarta posición, se mantuvo constante a lo largo de la prueba, yendo en cuanto a clasificación se refiere, de menos a más. El ciclista, aún lejos del pedaleo enérgico que ofrecía Jon Ander Manjón, si nos permitió ver, el elegante pedalear que posee, que con la clase que destila siempre que se sube sobre una bicicleta, puede ser la referencia en esta categoría, cuando ya entrado el año 2007, se disputen los Campeonatos de España.
En medio de ciclistas venidos desde las orillas del Mediterráneo, otro de los ciclistas llamados a cosechar victorias esta temporada, el guipuzcoano, Garikoitz Bravo en quinta posición.

La prueba femenina no tuvo historia ante la manifiesta superioridad de Rosa Bravo, secundada desde la distancia por la madrileña María Díez de Ulzurrun, y acompañada por la siempre presente Naia Alzola. Únicamente cinco fueron las ciclistas que tomaron parte en la prueba, no participando ninguna ciclista de categoría junior.

En cuanto a la categoría Máster y Veteranos, destacar la buena participación en estas categorías, a la que le dedicaremos un capítulo especial, por la injusta situación que viven estas categorías en Euskadi, pero señalaremos que fueron 24 ciclistas los participantes en la categoría Master 30, con contundente victoria del gallego Guillermo Álvarez, 15 corredores en Veteranos 40 en la que se impuso el experimentado asturiano Miguel Taboada y 7 finalmalmente los participantes en Veteranos 50, en la que en un apretado final se impuso José Adolfo Fica por delante de José Simaes y Alonso López Alcántara.

El plato fuerte de la jornada quedaba reservado para el final, con la disputa de la categoría reina, la compuesta por los ciclistas Elite y Sub´23. Con la presencia de un numeroso grupo de corredores en la salida, concretamente de 76 ciclistas, vivimos una interesante y emocionante prueba hasta que en el último tercio prácticamente quedó decidida en sus diferentes posiciones. El vencedor fue el alavés Unai Yus, al que le costó llegar a la cabeza de carrera y que tras remontar en una prueba en la que no partía en los puestos de privilegio, alcanzó el liderato de carrera para no soltarlo.
Algo similar le ocurrió al catalán Santiago Armero. Remontando toda la carrera, con un ritmo constante y amparado en la moral que supone ir dando caza a los corredores uno tras otro, llegó a auparse finalmente a la cuarta posición.
Los ciclistas que acompañaron en el podium a Unai Yus, por este orden José Antonio Díez Arriola y Oscar Vázquez, se mantuvieron toda la prueba en cabeza, alternando las posiciones y el liderato de la carrera, pero sucumbieron al final ante la pujanza de Unai Yus.
La quinta y la séptima posición fueron a manos de los jóvenes Mauro González y Hugo Alfonso Rus respectivamente. Jóvenes que destacaron, en un soplo de aire fresco para una especialidad que anualmente repite los nombres de sus corredores destacados, y que está ávida de caras nuevas. Hicieron una carrera diferente, no en vano el gallego Mauro González, estuvo durante algunos compases de la prueba al frente de la misma, yendo paulatinamente de más a menos. Esperemos que al ciclista gallego, no le pese el buen inicio de temporada cuando ésta llegue a su punto álgido. Diferente fue la prueba de Hugo Alfonso Rus, ya que se mantuvo prácticamente toda la carrera, en los puestos de cabeza, eso sí, sin opciones de luchar por una posición más honorable. Dentro de esta hornada de jóvenes ciclistas de categoría Sub-23, destacar por lo negativo del resultado, el 18º puesto cosechado por Erlantz Uriarte, ciclista que deslumbró el año pasado en la primera mitad de la temporada, y que da la sensación, que este año empieza con más calma, tratando de llegar fresco en su eléctrico pedalear a las citas más importantes del año.

Las diez primeras posiciones las completaron Carnicer, Ortiz, Prieto y León. Da gusto presenciar las siempre sólidas y perennes presencias del catalán Françesc Xavier Carnicer, y el asturiano Marco Antonio Prieto en sexta y novena posición respectivamente, que no siendo conocidos para el gran público, siempre están a la zaga, año tras año, de los diferentes vencedores de las pruebas, permitiendo que la categoría tenga un nivel competitivo superior al que tendrían si faltasen ciclistas con tal regularidad y nivel en sus prestaciones deportivas. En cuanto a los otros dos ciclistas, ambos desarrollaron una carrera similar, de más a menos, como fue especialmente la carrera de Antonio Ortiz, que estuvo en cabeza de la prueba en los compases iniciales para luego ir paulatinamente perdiendo posiciones y situarse finalmente en la octava posición. En cuanto a Joseba León, se hace grato volver a contemplarlo en pruebas de Ciclo-Cross, tras la ausencia en la temporada pasada de esta especialidad. Volvió a situarse en los puestos destacados, en esta ocasión ocupando la décima plaza.

Para finalizar, señalar que la Copa de España, tal y como está el ciclo-cross nacional, se hace necesaria. Pero no por el hecho de tener un torneo que ampare a todos los ciclistas de la geografía nacional, sino por la necesidad de confrontar de forma más habitual a todos los especialistas. Éstos, inmersos en sus respectivos calendarios regionales, cada vez más poblados de pruebas, no tienen oportunidades a lo largo del año, salvo en el Campeonato de España, de disputar pruebas conjuntamente.
Sin embargo, no me gusta en absoluto, como se ha planteado la Copa de España, que si bien ha servido para aglutinar a ciclistas durante el mes de Octubre, se abre la incógnita de que sucederá, cuando los calendarios regionales den comienzo, ya que el gran número de pruebas que forman la Copa de España, las tan distantes unas de otras localidades que las albergan, así como la falta de idoneidad de las fechas elegidas, hace que posiblemente, el éxito que cabría esperar para una iniciativa de este tipo, no se produzca.

12 de octubre de 2006

Ecos de Salzburgo

El pasado Mundial de Salzburgo, entre otras muchas cosas, levantó la polémica de si la selección española debe incluir en la categoría Sub´23 ciclistas que pertenecen a los equipos UCI Continentales (o siendo neo a un equipo Continental Profesional), o continuar como hasta la fecha con ciclistas pertenecientes a la categoría Amateur.

Los resultados cosechados en categoría Sub´23 no fueron nada buenos. Nefastos deberíamos calificarlos en lo que respecta a la prueba CRI, y si no fuese por el resultado del albaceteño Diego Milán (Grupo Nicolás Mateos), hubiésemos dicho lo propio del grupo de ciclistas que participaron en la prueba de ruta.

Las medallas de oro de ciclistas del calibre de Dominique Cornu (Bodysol-Win For Life) o Gerald Ciolek (Team Wiensenhof-AKUD), así como la entidad de la mayor parte de ciclistas que coparon los primeros lugares, hace necesario plantear una reflexión, con la intención de encontrar la salida de un furgón de cola, que a tenor de los resultados, es el lugar en el que está anclado el ciclismo español.

Cuando los resultados no son satisfactorios, siempre aparece la cantinela tan manida de que el Mundial es una lotería, y a esta se le añaden las clásicas justificaciones que por ser tan reiteradas como conocidas omitiré. Si en verdad el Mundial fuese una lotería, con una población tan acostumbrada a este tipo de juegos de azar, especialmente en el periodo navideño, ¿no tendría la selección española más posibilidades que ninguna otra de triunfar en cualquier Mundial que se presente?

La verdad, es que no, que no es una lotería. A nadie se le escapaba que Dominique Cornu y Mikhail Ignatiev en la CRI o Gerald Ciolek en Ruta, eran apuestas seguras en este Campeonato del Mundo, de la misma forma que Paolo Bettini lo era en la categoría absoluta.

La representación española estuvo formada por ciclistas pertenecientes a equipos UCI Continentales: Juan Carlos Hernández Mora y Diego Milán y a equipos Amateur: Beñat Intxausti, Javier Chacón, Gonzalo Rabuñal, Miguel Ochoa y Enrique Mata, aunque estos dos últimos estaban como “trainees” (amateurs a prueba) en Saunier Duval-Prodir, equipo perteneciente a la categoría UCI Pro Tour, al que habían ascendido desde el equipo filial.

Esta mezcla, al final tuvo el resultado previsible, que no el resultado deseado. Pero no deberíamos ver únicamente el debate en torno a la conveniencia o no de formar la selección con ciclistas procedentes de equipos de una categoría u otra, ya que sin ir más lejos, en la prueba CRI, el ciclista enrolado en un equipo Amateur acabó mejor clasificado que el perteneciente a un equipo UCI Continental, sino que deberíamos ampliar nuestra visión.

Así de este modo, enfocando el problema hacia otros aspectos posiblemente tan relevantes o más que el dilema planteado, me atrevería a decir, que si el Mundial se celebrase en marzo/abril en lugar de septiembre/octubre y en lugar de una prueba de un día se disputase en forma de ronda por etapas, tendríamos muchas más probabilidades de obtener puestos más notorios y brillantes.

¿Con esto que pretendo decir? Pues sencillamente, que con un calendario en el que las pruebas más importantes se concentran prácticamente la primera mitad de la temporada, con una clara diferencia en cuanto a entidad y número si lo comparamos con las pruebas que se disputan en la segunda mitad, y con el agravante de la poca importancia que se destina a las pruebas CRI, es difícil, que a final de temporada, que es cuando se disputa el Mundial, los ciclistas acudan en las mejores de las condiciones posibles a tan importante cita. Y aquí se incluyen tanto a los equipos Amateur como a los de categoría UCI Continental.

Quizá nos deberíamos plantear esta realidad antes que otras. Pero retomando la polémica de contar con ciclistas procedentes de equipos de la categoría UCI Continental, es evidente que los tiempos cambian, y en esta realidad tan confusa, y ateniéndonos a la reglamentación, en ningún momento se debería desestimar la participación de los ciclistas de esta categoría, permitiendo al seleccionador contar también con ciclistas de la tradicional categoría Amateur así como de la UCI Continental de reciente implantación.

Pero un detalle no se debe dejar pasar por alto, y que podría dar lugar a otra interesante reflexión. Si es una categoría que está delimitada por la edad, ¿no se debería contar con cualquier ciclista menor de 23 años, independientemente de la categoría a la que pertenezcan, UCI Pro Tour y Continental Profesional incluida?

11 de octubre de 2006

Llega el momento del ciclo-cross

Con la disputa esta semana del Giro de Lombardía, la temporada ciclista internacional habrá llegado a su fin y el protagonismo competitivo recaerá sobre los especialistas invernales. Llega el momento del ciclo-cross.

En esta temporada, que ya ha comenzado, da la sensación que volveremos a ver a los ciclistas belgas, una vez más, copando las primeras plazas. Sven Nijs, Erwin Vervecken y Bart Wellens, son los llamados a perpetuar la dictadura belga en la especialidad. El compañero de Sven Nijs en Rabobank, Sven Vanthourenthout, será la alternativa belga al trío anteriormente citado y el joven Niels Albert (1986), enrolado en las filas del Palmans-Collstrop, quien está llamado en un futuro, quizá más cercano del que todo el mundo pueda esperar, a heredar el trono del ciclo-cross mundial.

Los ciclistas holandeses, tradicionalmente, han sido la alternativa a los ciclistas belgas, pero el notorio declive del veterano Richard Groenendaal, hace improbable que pueda codearse, como hasta hace bien poco, con Nijs, Vervecken o Wellens. Gerben De Knegt, parece ser la alternativa más sólida que en estos momentos ofrece el ciclo-cross del país de los tulipanes.

Y es que el ciclo-cross holandés tiene un problema. A diferencia de lo que ocurre en el país vecino, las grandes promesas del ciclo-cross en categorías inferiores apuestan por el ciclo-cross, mientas que los ciclistas holandeses optan por la carretera. Así observamos, que Niels Albert ya es capaz de codearse con la élite mundial y en el lado opuesto, la esperanza holandesa, Lars Boom, orienta su carrera deportiva hacia el ciclismo en ruta.

El papel que antes jugaba Holanda, lo representa en estos momentos la República Checa. Siempre potencia en las categorías inferiores, no ha llegado a explotar y mantener ese mismo status en la categoría reina. La generación de Petr Dlask, Zdenek Mylnar y Kamil Ausbuher siempre está situada en los lugares de privilegio, incluso obteniendo victorias de mérito, pero la falta de consistencia y regularidad, hace que no podamos esperar una alternativa sólida de los ciclistas venidos de la gélida República Checa.

Pero quizá, ese papel de eterna potencia pueda acabar explotando más temprano que tarde, teniendo como principal candidato a protagonista al joven Zdenek Stybar (1985), vencedor de las dos últimas citas mundialistas en categoría Sub´23. Enrolando en el Fidea Cycling Team, junto a Wellens y Vervecken, tiene los medios, la preparación y el apoyo, que pueden catapultarle a lo más alto del ciclo-cross internacional en pocos años.

Enrico Franzoi encarna el papel de la gran esperanza latina, y alternativa a un ciclo-cross dominado por países, que a diferencia del de carretera, no están pegados al Mediterráneo. Enrolado en el Lampre-Fondital, con el que ha disputado, entre otras pruebas, la Vuelta a España 2006, es el ciclista que ha tomado el testigo de Daniele Pontoni, y los aficionados transalpinos centran en él, los deseos de volver a ver a un ciclista en lo más alto del escalafón mundial.

Fuera de este pequeño ramillete de ciclistas, es difícil vislumbrar ciclistas que alteren el orden establecido. Quizá sean los ciclistas franceses, aquellos que más opciones tengan de jugar un papel importante en el panorama internacional. Las buenas vibraciones que transmite un ciclismo que crece, hace que ciclistas como Francis Mourey o Steve Chainel, nos permita albergar alguna esperanza, tras ver el buen sabor de boca que nos dejaron en el última edición del Campeonato del Mundo.

El resto de ciclistas de las diferentes nacionalidades poco tendrán que decir, y será muy complicado que puedan hacer sombra a las tradicionales potencias del deporte invernal. Incluso, se las verán y se las desearán, para superar a ciclistas belgas, como Bart Aernouts o Klaas Vantornout, que están en un segundo plano eclipsados por el dictatorial dominio de sus compatriotas anteriormente mencionados, pero que estarían llamados a ser los líderes indiscutibles si su nacionalidad hubiese sido otra distinta. Tal vez la figura del suizo Christian Heule tenga algo que decir, ya que ha empezado muy fuerte la temporada, pero tendremos que esperar un tiempo para conocer si es capaz de mantenerse en los puestos de honor o continúa en el nivel de años precedentes.

Pero no nos podemos engañar. La segunda fila, que estará compuesta por los ciclistas de Estados Unidos, Eslovaquia, Alemania o España, poco tendrá que decir en el panorama internacional, aunque servirá para depositar las ilusiones de los aficionados de sus respectivos países, así como para dotar de internacionalidad a un deporte, que a pesar de las intenciones de los mandatarios de la Unión Ciclista Internacional, no consigue expandirse más allá de sus límites tradicionales.

10 de octubre de 2006

Una estrella más brilla en el firmamento

Hoy es de esos días en los que uno se levanta creyendo haber tenido un mal sueño. Uno de esos largos días, en los que uno trata de encontrar infructuosamente cualquier falsa esperanza que le sirva para no creer lo que desgraciadamente ha sucedido. Para pensar que no es cierto lo publicado y poder agarrarse a una realidad diferente a la acontecida.

No dejo de pensar, y este pensamiento me sumerge en un profundo sentimiento de tristeza, que mañana será el día en el que tenga de despedirme de Julen Goikoetxea.

Siempre recordaré a ese chico, que posiblemente fuese la mayor promesa que tenía Euskadi en la categoría amateur en la actualidad, como daba sus primeras pedaladas embutido en el maillot del Aurrera de Ondárroa, que recordaba a épocas pasadas. Cómo año tras año, nos maravillaba verle sobre una bicicleta, proporcionándonos pedaladas y pedaladas de muchísimos quilates, que nos provocaba la admiración que siempre recordaremos.

Pero sin lugar a dudas, por lo que recordaremos a Julen, no sólo será por su valores deportivos, sino por la gran calidad humana que atesoraba. Uno no dejaba, día tras día, de sentir una profunda admiración por como era capaz de sacar su carrera universitaria y su carrera deportiva, en un régimen espartano que sólo son capaces de seguir aquellos que están tocados por la divinidad. Oír a sus padres, a sus profesores, vecinos, amigos y/o compañeros hablar de Julen era un placer para los oídos, y un espejo en el que mirarnos aquellos que un día fuimos jóvenes y que no dejábamos de quejarnos cuando sufríamos cualquier contrariedad.

Aunque su carrera deportiva estaba plagada de victorias no fueron pocas las veces que a pesar de su juventud, Julen Goikoetxea había pensado dejar el ciclismo, ya que entendía perfectamente que de dar pedales son los menos los que consiguen vivir, y que eran sus estudios donde debía centralizar buena parte de su tiempo libre. Pero llevaba el ciclismo en la sangre. Siempre acabado el periodo lectivo, animados por unos y otros, y con su enorme afición a la bicicleta, siempre acababa compitiendo y de una forma inusitadamente brillante.

Siempre brillante. Y es que a partir de ahora sobre el cielo de Ondárroa brillará una estrella más en el firmamento.

Goian bego, Julen, ez zaitugu ahaztuko!....