31 de diciembre de 2007

El bueno, el feo y el malo

La búsqueda de un tesoro, por parte de Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Walach, era el hilo argumental de una de las películas míticas del spaghetti western, dirigida hace más de cuarenta años por el inigualable Sergio Leone.

Los protagonistas eran tres cazadores de recompensas, en una búsqueda que ninguno de los tres truhanes podía localizar sin la ayuda de los otros dos. De esta forma, los tres hombres colaboraban en apariencia, pero estaba bien claro que al final iban a intentar eliminarse mutuamente.

En esta ocasión el botín era bien distinto y no tenía como escenario la árida Almería, sino una verde y marinera localidad vizcaína. Su pintoresco puerto, su acogedor casco viejo, sus pequeñas calas para el baño, su típica cocina surtida de pescados frescos y bien condimentados, sus excelentes condiciones climatológicas -inviernos suaves y veranos no muy calurosos- hacen de Bermeo, uno de los lugares turísticos más apacibles y de mayor atractivo de Vizcaya, en el que late, además, la vida de un pueblo vasco cargado de profundas y arraigadas tradiciones pesqueras.

Marco sin lugar a dudas excelente para desarrollar una prueba de ciclo-cross, con un guión distinto al escrito por Sergio Leone, pero que contaba con tres protagonistas que hacían propio el título del añorado cineasta italiano.

En la trama argumental, el papel de bueno fue interpretado por David Seco (Spiuk-Froiz). Era el corredor local, puesto que la localidad de Bermeo está situada en la comarca de Busturialdea y llegó con la intención de seguir fielmente el guión al que nos tiene acostumbrados.

Hizo una salida rápida consciente de la importancia de situarse en cabeza en los primeros compases de la prueba. Esto obliga a aquellos que no tienen facilidad para maniobrar entre un buen número de corredores y quienes no toleran con suficiencia los cambios de ritmo a un sobre esfuerzo que puede ser determinante.

Y así lo hizo. No había ni transcurrido la primera vuelta, y David Seco iba distanciado de sus perseguidores, con Erlantz Uriarte (Opel-Ibaigane) soldado a su rueda. Llamaba la atención como era Uriarte quien se aferraba a la rueda de Seco, mientras que Unai Yus (Aidazu-Lankide) era incapaz de seguir la estela del ciclista de Busturia.

Realmente las prestaciones de Erlantz Uriarte fueron un espejismo. No tardó en perder el contacto con la rueda de David Seco y empezar su particular martirio mental, que hace de él, un corredor que no confirma lo que apuntaba temporadas atrás.

Capaz de lo mejor e inevitablemente condenado a ofrecernos lo peor, por ese negativismo que inunda su ser, cuando no se ve donde piensa que debe estar. Perdió la estela de Seco, algo relativamente normal, pero se desencajó cuando observó que Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) le superaba y se derrumbó cuando David Juárez (Opel-Ibaigane) le dio alcance.

Uriarte preparó la temporada con la finalidad de llegar fresco a las citas importantes de la temporada, especialmente para llegar con intenciones de hacer una carrera digna en el Mundial. Y sinceramente, lo que merece es ver esa misma prueba cómodamente desde su casa, ya que el ciclista no es consciente de la realidad en la que vive.

Tiene muchos argumentos para ser el relevo de los veteranos de la especialidad y dominar la especialidad del ciclo-cross en un futuro, pero el ciclista no lleva una línea adecuada. El mejor material disponible y los desvelos de un padre entregado en cuerpo y alma a su hijo, no sirven de nada si al deportista no le acompaña una cabeza sensata y una necesaria dosis de humildad. Seguiremos esperándole pacientemente otro año más. Finalmente se clasificó en sexta posición a poco más de cuatro minutos del vencedor.

Un vencedor que fue ni más ni menos que el ciclista que inició las hostilidades, el local David Seco (Spiuk-Froiz) para sorpresa e incredulidad de los espectadores allí presentes en numeroso número.

Cumplió con su papel e hizo su carrera en un circuito anodino y mal diseñado sobre un espectacular manto ajardinado. No ofrecía ni un buen ritmo ni transmitía buenas sensaciones, pero fue el ciclista que de entre los favoritos, cumplió con su cometido y aprovechó su oportunidad. No es el ciclista de antaño que intimida, pero sigue siendo el ciclista con más recursos de la especialidad. Su ventaja final en meta no alcanzó ni tan siquiera el medio minuto, distancia que fue prácticamente la misma durante la hora que duró la carrera.

Y esa ventaja se mantuvo para fortuna del ciclista vizcaíno por la actitud de los otros dos protagonistas. Con Unai Yus (Aidazu-Lankide) como el feo de la película, que intentó la caza de David Seco en los primeros compases de la prueba pero no pudo mantener ni tan siquiera su estela.

Tardó en aparecer el malo de la historia, el otro ciclista alavés, Javier Ruiz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) y cuando llegó a la altura de Unai Yus, éste trasladó toda la responsabilidad de la persecución en el ciclista de Amézaga de Zuya.

Y uno por otro se quedó la casa sin barrer. El ciclismo es un deporte muy ingrato, donde sólo gana uno y todos los demás pierden. Los dos ciclistas alaveses no jugaron a ganar y se olvidaron por completo del objetivo con el que llegaron a Bermeo. Se olvidaron que por delante de ellos iba un corredor y llegaron a ofrecer, en ocasiones, situaciones bochornosas al ir prácticamente parados.

Feo el comportamiento de Unai Yus en la prueba. Supuestamente está cansado de ver como Javier Ruiz de Larrínaga le gana la partida siempre y en ningún momento ofreció intenciones de buscar un triunfo por méritos propios. Zorrería en estado puro. Y malo el proceder de Javier Ruiz de Larrínaga, que siendo el gran favorito para alcanzar la victoria, cayó en el juego de Unai Yus, perdiendo todas sus opciones.

Cuando Javier Ruiz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) elevaba el ritmo Unai Yus (Aidazu-Lankide) agachaba la cabeza y se acoplaba a su rueda. Es un gran fajador en este tipo de duelos y Javier Ruiz de Larrínaga no tuvo la paciencia suficiente dado que tras forzar y no ver como Unai Yus quedaba rezagado, se contrariaba una y mil veces.

La diferencia con David Seco era de aproximadamente medio minuto, y en el momento en el que se daba un acelerón, inmediatamente la diferencia se reducía, incluso llegó a ser de poco más de diez segundos, en el momento en el que David Seco tuvo que cambiar la bicicleta al pinchar uno de sus tubulares.

Pero todo lo que se ganaba cuando la pareja alavesa elevaba el ritmo, se perdía en el momento en el que se paraban. Quien estaba atónito ante tal circunstancia, además de los espectadores, era Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) que veía como en varias ocasiones pasaba al dúo alavés al quedarse ambos prácticamente parados, para ver instantes más tarde los dos lo volvían a superar al tener un ritmo serio y propio de carrera.

Excelente el corredor guipuzcoano del equipo Seguros Bilbao. La lástima es que su prioridad sea la temporada de carretera y su estado de forma, aunque crece semana a semana, no es el suficiente como para plantear batalla, dado que si fuese de otra forma, José Ramón Izagirre tendría un dignísimo heredero a pesar de su juventud.

En meta ocupó la cuarta plaza a poco menos de minuto y medio de David Seco, y precedió a otro joven, que se está convirtiendo en la grata sorpresa de la temporada, y es que en su debút en la categoría, está ofreciendo una interesante imagen. David Juárez (Opel-Ibaigane) ha sido un corredor que en las categorías por las que ha pasado, siempre ha sido un ciclista de un excelente nivel, pero no a la altura de los que dominaban y conquistaban los triunfos. Su constante progresión, no se ha detenido con el brutal cambio de categoría, sino que se ha afianzando de forma notable.

Y es precisamente en ciclistas que se entregan al ciclo-cross con entusiasmo y buenos resultados por los que hay que apostar. A nadie le debería sorprender un buen resultado de Juárez en Villarcayo, ni que el ciclista vizcaíno forme parte de una hipotética selección de cara a la participación en Treviso. Es el tipo de gente que a base de trabajo, sacrificio y humildad, logra progresar anualmente, y es precisamente en esos ciclistas, sobre los que hay que volcarse.

Mientras tanto David Seco seguía a lo suyo, y los dos otros alaveses protagonizaban una deplorable batalla. Llama la atención, que dos personas, supuestamente unidas por una amistad, no hagan un frente común, y se dediquen a regalar una victoria que bien podía haber caído del lado de cualquier de los dos.

El circuito no favorecía a Javier Ruiz de Larrínaga, dado que era totalmente plano, y no ofrecía la posibilidad por la falta de exigencia del trazado, de que el ciclista pudiese demostrar su fortaleza física ante el resto de sus rivales. Llegaba con la vitola de favorito y tenía que haber actuado como tal, haciendo su propia carrera, ya que a buen seguro hubiese prolongado su imbatibilidad del mes de Diciembre. Malo de solemnidad fue el comportamiento del ciclista. Impropio de su talante como corredor, y total para acabar llevándose el metal menos valioso.

Hubo momentos en los que parecía que se iba a distanciar de Unai Yus, pero se daba de bruces con la zona más comprometida del circuito, donde perdía buena parte de la renta cosechada. Ventaja lograda gracias a errores no forzados cometidos por Unai Yus, ya que el presidiario ciclista, optaba por cambiar de bicicleta en la zona menos adecuada de las dos existentes para cambiar de montura.

Unai Yus fue el que in extremis y sobre la misma línea de meta, alcanzó la segunda plaza. El primero de los clasificados de esa otra carrera que parecían protagonizar los dos alaveses, pero que obliga al ciclista a ver como un año más sigue sin conquistar el trono vasco, a pesar de que en sus vitrinas reluce con brillantez, el entorchado nacional obtenido hace un par de temporadas en Busturia. Detalles durante la carrera, que incluso llevaron al público a alzar su voz para definirlo como "ruedero" así como gestos finalizada ésta, lo llevan apropiadamente a calificarlo de forma inmisericorde como el feo de la película.

En definitiva, una película que exigía la devolución del importe dejado en taquilla e incluso merecía haber abandonado la butaca en mitad de la proyección. Absolutamente a todos dejó un mal sabor de boca. En primer lugar en los espectadores, por no tener la oportunidad de ver una prueba competida, en segundo lugar a los dos ciclistas alaveses, por ser los grandes derrotados del día e incluso también al mismísimo David Seco por no ser la forma en la que le hubiese gustado haber ganado.

Espero olvidar pronto la carrera.

Fotografía: www.davidseco.com

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26 de diciembre de 2007

El límite identifica al individuo

En la sociedad actual, las actividades ligadas a los deportes de aventura y ejercicios de supervivencia se consolidan como una de las opciones preferidas de las empresas a la hora de encarar el desarrollo de comportamientos y actitudes de sus ejecutivos.

Liderazgo, comunicación y trabajo en equipo son algunas de las competencias que buscan entrenarse mediante estos programas, que tienen al factor vivencia como aliado clave del aprendizaje y a la diversión como un indispensable ingrediente.

Cada vez son más las empresas que emplean estos sistemas de entrenamiento como metodología de formación para sus directivos. Se trata de una combinación de los mecanismos de aprendizaje tradicionales con ejercicios al aire libre, y con una metodología basada en el aprendizaje a través de la experiencia directa, en un clima distendido y donde se realizan actividades que aúnan la competitividad deportiva, la diversión y el trabajo en equipo.

Una técnica cuyo origen se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Mientras los barcos alemanes hundían a los buques mercantes británicos, los marineros que esperaban se rescatados luchaban por sobrevivir en aguas muy frías.

Misteriosamente, la tasa de supervivencia entre los marineros más jóvenes era menor con respecto a los más veteranos. Este hecho provoco que Lorenzo Holt, como jefe de la flota mercante de Gran Bretaña, invitara a su viejo amigo y educador Kurt Hahn para analizar la razón de tan curiosa circunstancia, con el objetivo de ponerle remedio, si existía posibilidad para ello.

Hahn estaba convencido de que el problema no era ocasionado por la carencia de conocimientos o habilidades físicas de los más jóvenes, sino más bien porque estos aun no habían alcanzado una comprensión de sus propios recursos físicos, emocionales y psicológicos.

Como consecuencia de esto, fundaron una nueva escuela, denominada Outward Bound, usando la naturaleza como aula. El objetivo es proporcionar el entorno apropiado para poder realizar actividades deportivas, de aventura, experiencias de supervivencia y convivencia en la naturaleza, juegos recreativos, poniendo énfasis en cada ser humano participante. Como sujeto íntegro físico-psíquico-social y emocional que se pone en disposición para el desafío, la aventura y los vínculos interpersonales, desarrolla los impulsos más sinceros, espontáneos y dinámicos, llenos de sensibilidad, creatividad imaginación y convicción para el logro de sus objetivos.

En el mundo del ciclismo, este modelo de trabajo ha sido adoptado por el equipo danés CSC, que lleva desde el año 2000 realizando este tipo de prácticas. Se inculca el desarrollo de la capacidad de resolución de conflictos y de objetivos, tanto de forma personal como grupal, fomentando formas cooperativas y reflexivas.

De ahí, que no sólo sean los ciclistas quienes participan en estos ejercicios, sino que, la dirección del equipo técnico, auxiliares, mecánicos, masajistas y personal de oficina están llamados a participar dado que como integrantes del equipo CSC todos tienen el mismo objetivo común, independientemente de la función que desempeñen dentro de la estructura danesa.

Colaborar en el desarrollo personal, incrementando la autoconfianza, el autoconocimiento y la toma de decisiones, así como adquirir un profundo respeto y cuidado hacia los demás y hacia el medio ambiente forma parte también del objetivo.

El responsable del conjunto CSC, el danés Bjarne Riis, cede en estos ejercicios los galones de mando a otro compatriota, Bjarne Slot Christiansen, experto en el entrenamiento de soldados de élite de la OTAN y del ejército danés.

Los métodos de B.S. Christiansen sirven para que los ciclistas también sepan que pueden lograr sus metas si cooperan entre ellos. Parte de una base, en la que para conocer a las personas hay que ponerlas bajo presión, ya que ese límite es el que identifica al individuo.

Este año se ha vuelto a la nieve, como sucedió hace años en Suecia, aunque en esta ocasión el escenario ha sido Noruega. Dinamarca, Sudáfrica e incluso las Islas Canarias han sido otros escenarios escogidos para la concentración, que ya se ha convertido en una estampa más del período navideño.

Fotografía: http://www.bschristiansen.dk/

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24 de diciembre de 2007

El rodillo alavés

Acudir a Elorrio a contemplar su anual prueba de ciclo-cross resulta gratificante. Especialmente por el marco donde transcurre y se desarrollan las competiciones y es que posiblemente, el futuro de la especialidad del ciclo-cross vaya ligado a ubicaciones como que la que existe en la localidad vizcaína.

Es un circuito en el que uno no encuentra problemas para el aparcamiento por el espacio que ofrece el polígono industrial adyacente al circuito. Además, la situación a las afueras de la localidad, en un entorno natural, reservado para el disfrute y recreo de los habitantes del municipio, junto con una serie de servicios orientados al público previstos por la organización, hacen de este lugar, un cómoda ubicación para tener la oportunidad de presenciar una prueba de ciclo-cross.

El circuito, con ligeras modificaciones, acostumbra a ser prácticamente el mismo año tras año. Sorprendía la novedosa estructura metálica en el circuito, que realmente resultaba innecesaria, y que posiblemente habrá supuesto un tiempo y un dinero a los organizadores, que podían haberse ahorrado.

Cuando habitualmente se instala una estructura metálica de paso levadizo, es para salvar algún obstáculo, que de otra forma no se puede solventar. En el Campeonato de España de Busturia hace un par de temporadas, tuvimos oportunidad de observar como una estructura metálica permitía unir las dos campas del circuito por encima del tramo de asfalto. También hasta hace dos años en Asteasu, la organización instalaba un paso levadizo a modo de puente, para permitir salvar el río que dividía el circuito. En Elorrio realmente era innecesario.

A pesar de que la localidad vizcaína cuenta con todos los ingredientes para proporcionar un bonito espectáculo deportivo, son los ciclistas verdaderamente quienes hacen esto posible, y sencillamente cuando en España deciden juntarse todos los especialistas, el espectáculo está servido.

Ya no existe, el pensamiento unánime de que ciclista será el victorioso, sino que la incógnita está presente e incluso el ciclista que no rinde a su mejor nivel, puede verse sorpresivamente fuera de las posiciones de privilegio.

La carrera desde sus primeros compases tuvo un numeroso ramillete de corredores agrupados comandando la carrera. Los favoritos comenzaban a situarse cómodamente y estaban todos los que tenían que estar, excepto un corredor, Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan).

No me gusta la forma de correr de este ciclista alavés. No ha dedicado un tiempo dentro de su entrenamiento a adquirir un mínimo de fundamento técnico de la especialidad y además minusvalora la importancia de la salida y la primera vuelta en una prueba de ciclo-cross. Eso es sencillamente dar innecesariamente ventaja a los rivales.

De ese grupo de favoritos, a las primeras de cambio, el otro alavés con opciones, Unai Yus (Aidazu-Lankide), tuvo un nuevo encuentro con su romántico idilio con el infortunio, en esta ocasión protagonizando una caída, que sobrecogió al numeroso público que presenciaba la prueba, no en vano, el lugar en el que cayó podía haber provocado un daño mayor del que aparentemente sufrió.

Nuevo error no forzado, en forma de caída, y nuevamente con la obligación de remontar para acceder a los puestos de cabeza. Peligrosa la dinámica de este ciclista, que hace de las remontadas, llenas de garra y coraje su razón de ser en esta temporada.

El grupo transitaba compacto, con cambios de ritmo, que aparentemente tenían poca intención de ser algo más que una forma de intimidar y llamar la atención de los rivales. Tomaba la iniciativa en primer lugar David Seco (Spiuk-Froiz) pero no conseguía distanciarse de sus rivales. Y con esta acción, realmente David Seco ya se estaba descartando para el triunfo. El ciclista vizcaíno, intimida más en las primeras vueltas que en las últimas, y cuando no amedrenta a sus rivales en los primeros compases de la carrera, al finalizar la prueba ya se conoce que será un rival de menor entidad, del que su nombre y palmarés indican.

Bien situado, tras la estela del ciclista que habría la carrera, se situaba Hugo Rus (Sanse-Spiuk) ciclista que está apostando de la manera adecuada por el ciclo-cross, haciendo las cosas sencillas, con una claridad de ideas, que a buen seguro le servirá para cosechar el fruto al trabajo que está desarrollando en un futuro. Debe tener paciencia, dado que está en el proceso de construcción de un ciclista llamado ser un referente del ciclo-cross nacional, especialmente con lo que representa para un ciclista, que por ser madrileño, la tradición del ciclo-cross le queda un tanto distante. Pagó su ímpetu inicial, en las últimas vueltas cayendo finalmente hasta la duodécima plaza, perdiendo prácticamente tres minutos y medio con respecto al vencedor.

Tres, fueron tres, las vueltas que tuvieron que transcurrir, para que Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) se acoplase dentro del grupo cabecero. Todos habían tenido la oportunidad de decir algo en la carrera, hasta incluso el tímido Mauro González-Fontán (Aquagest) también se había permitido el lujo de protagonizar un intento de poner tierra de por medio.

Excelente el ímpetu de los jóvenes, que no se sienten intimidados por los dominadores de la especialidad, aunque luego paguen las consecuencias de su atrevimiento. Faltaba Erlantz Uriarte (Opel Ibaigane) que transitó prácticamente toda la carrera en tierra de nadie, y ocupó la decimotercera posición final, que es fiel reflejo del lugar donde transitó durante prácticamente toda la carrera.

Quien si sorprendió, alcanzando la novena plaza fue Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) que haciendo su propia carrera, desentendiéndose de los problemas que pueden aparecer en las primeras vueltas, se impuso un ritmo y fue superando a rivales uno tras otro para acabar entre los diez primeros. Es una lástima su preferencia por la ruta, dado que este ciclista centrado en el ciclo-cross, diría muchas cosas y además importantes.

Mediada la carrera, Oscar Vázquez (Aquagest) protagonizó el intento más serio hasta el momento. Consiguió abrir hueco, aunque a decir verdad, el ciclista gallego lo hizo sin confianza, y su ventaja se sostuvo más por la indiferencia de sus perseguidores que por una verdadera intención de ir en busca de la victoria.

Seco actuaba sin criterio y sin ubicación dentro del grupo, Isaac Suárez (Cantabria Infinita) de la forma totalmente contraria, midiendo y analizando la carrera como nadie, lo que provoca que ofrezca un rendimiento superior por tal circunstancia, y es que este ciclista cántabro tiene un bache significativo siempre que la temporada transcurre por el mes de Diciembre, desde que uno lo recuerda en la categoría juvenil enfundado con el maillot del equipo cántabro Almacenes Lavín.

Mauro González (Aquagest) ya tenía bastante con intentar seguir en el grupo y Tino Zaballa (Caisse d´Epargne) iba atragantado en este circuito. Así que fue Javier Ruíz de Larrínaga quien tuvo que tomar las riendas de la caza.

El ciclistas alavés, regala esfuerzos innecesarios, pero está en un estado de gracia, que le resulta indiferente. Tiene la confianza necesaria, para seguir un ritmo, que en primer lugar le permite remontar hasta la cabeza y a continuación seguir en busca del triunfo.

Es algo muy estimulante para legión de seguidores del ciclista alavés, que por otro lado, y sin lugar a dudas, es el ciclista que más gente moviliza de prueba en prueba, pero la realidad dice que esto puede volverse en su contra por la igualdad existente en la categoría.

Los circuitos como el de Elorrio, sacan a relucir las facultades físicas de Javier Ruiz de Larrínaga, donde se mezcla la posibilidad de rodar con comodidad y un terreno con significativos tramos en línea ascendente, que favorece al ciclista alavés. Por ejemplo, tal circunstancia no satisface a Tino Zaballa, puesto que a pesar de que necesita rodar al igual que Larrínaga, su abuso de desarrollo origina una fatiga que para un corredor que está enfocando sus aspiraciones en la temporada de ruta, se acusa a partir de mitad de carrera.

Y a partir de que Javier Ruiz de Larrínaga tomó el mando de la carrera y empezó a abrir hueco, la carrera estuvo vista para sentencia. Todos vieron como el rodillo alavés ponía tierra de por medio, y todos tuvieron que quitarse las caretas. Uno de los que se vio privado de un mejor resultado, fue Tino Zaballa (Caisse d´Epargne) que tuvo un incidente que le hizo perder comba, y su cara no reflejaba comodidad al pedalear. Se dejó finalmente en meta dos minutos, para ocupar finalmente la octava plaza.

Mauro González (Aquagest) no resistía el ritmo y enseguida cedió clasificándose por delante de Tino Zaballa en meta. Sorprendentemente, el ciclista gallego fue emparedado en la clasificación final, por otro ciclista cántabro, que iba a más en la prueba, y que es la auténtica revelación de esta temporada, Juan Carlos Gómez (Noja-Canalsa).

Atónitos nos encontramos los espectadores, por el rendimiento que está ofreciendo este ciclista, que ha animado a acercarse al ciclo-cross a Tino Zaballa, ya que no en vano son familia, concretamente cuñados. No deja de ser una agradable satisfacción, como Cantabria, tiene un magnífico nivel en todas las categorías de la especialidad del ciclo-cross comparado con otras regiones con mayor tradición en la especialidad y mayor número de licencias.

Seco y Vázquez fueron los siguientes en sucumbir. El ciclista de Busturia no tiene el brío de antaño, ni su nerviosa y potente arrancada, ni sus cambios de ritmo, e incluso ya su cara es fiel reflejo de un sufrimiento que no puede esconder. Y lo peor de todo, no es eso, sino la factura que puede pasar a un ciclista cuya fortaleza mental no es precisamente una de sus mayores cualidades. El tiempo transcurre, las citas importantes se acercan, y su evolución como ciclista en esta temporada, no existe.

Eso inspira confianza al resto de sus rivales y empequeñece la figura del ciclista vizcaíno. No debe ser fácil de asimilar para un ciclista acostumbrado a mirar a los demás por encima del hombro. Su forma de afrontar la competición, su dominio técnico de la especialidad, hace que supla otra serie de carencias, que desgraciadamente para el ciclista vizcaíno, en el ciclo-cross nacional de hoy en día, ya no es suficiente para obtener la victoria.

Por detrás, arrollando y con una remontada heroica, venía Unai Yus. Ascendiendo posiciones vuelta tras vuelta y desfondando a todo aquel que osaba situarse a su rueda. Posiblemente fue el ciclista que menor tiempo tardó en dar una vuelta al circuito e invita a pensar que ese derroche físico le hubiese servido para superar o poner cara la victoria en meta a Javier Ruíz de Larrínaga, de no haber existido la caída del corredor del Aidazu-Lankide en los primeros compases de la prueba.

Pero no es lo mismo afrontar y medir un tramo final de una prueba de cara a obtener la victoria, puesto que a lo largo de esta temporada, Unai Yus ha podido ver como las victorias han caído del lado de los rivales la mayor parte de las ocasiones cuando se han tenido que dilucidar en la última vuelta, que tener que dar obligatoriamente todo cuando uno ve la carrera perdida.

Cuando el ciclista alavés, llegó a la altura de Isaac Suarez (Cantabria Infinita) no tuvo recursos para dejar al inteligente ciclista cántabro de su rueda. No hubo que esperar al sprint para dilucidar la segunda posición, ya que incluso el ciclista cántabro parecía tener la cabeza en próximos objetivos, consciente de que su recuperación es un hecho, y en el último control antes de meta, Unai Yus abrió un pequeño hueco, que le permitió entrar por delante del ciclista cantabro.

Segundos antes, Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) había levantado felizmente los brazos como vencedor. Ciclista en forma, con confianza, en racha y que se sitúa como el rival a batir allí donde se presente, y resulta digno de mención, dado que las fechas en la que nos encontramos, están cercanas a las más importantes citas de la temporada.

Tras la entrega de premios, una pequeña pantomima, en forma de protesta por parte del colectivo ciclista ante la situación que vive el ciclo-cross debida a las intenciones de la RFEC. La verdad, es que convertir la fiesta de una carrera preciosa, en una protesta ridícula, no me parece la mejor forma de concluir una prueba.

Curioso que la protesta del colectivo ciclista se realice contra algo tan puntual como es la convocatoria mundialista, cuando realmente hay muchos más y más graves motivos para enfrentarse a una RFEC que está ninguneando el ciclo-cross año tras año sin que nadie haga nada por evitarlo.

Me gustaría que no se protagonizaran escenas de cara a la galería, como darse la vuelta subidos a una tarima, que me provoca una sensación de vergüenza ajena, y si se actuase con contundencia en el lugar adecuado. Sin ir más lejos, me gustaría ver como, si el colectivo ciclista no está contento con el número de plazas, que desde ahora, todo el mundo renuncie a participar en la cita mundialista, si no se lleva una selección digna en relación al número de ciclistas que deben representar al combinado español.

Me gustaría ver, como la totalidad de los ciclistas, llámense Unai Yus, Oscar Vázquez, Isaac Suárez, David Seco o Javier Ruíz de Larrínaga por citar los mejores clasificados ayer, firman un escrito en el que renuncian a participar, si a la cita mundialista no se va con el cupo de ciclistas lleno en todas las categorías.

Si no hay presencia española en el mundial, más de uno se rasgará las vestiduras, ya que deja al descubierto el miserable comportamiento de una federación, que hace años dejó de ejercer como tal.

Pero bueno, con actuaciones folclóricas, posiblemente muchos federativos se estén riendo del poco poder del colectivo ciclista, y cuando se anuncie la selección que acuda a Treviso, aquel que sea convocado, se olvidará un tanto de protestar, ya que a fin de cuentas, cada uno al final mira para si mismo. Quizá se añada a algún ciclista más para contentar a todos y luego, aquí no ha pasado nada.

Fotografía: www.solociclocross.com

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8 de diciembre de 2007

Peligro: Padres

Que el ciclismo no atraviesa su mejor momento es una verdad de Perogrullo que a nadie sorprende. Resulta curioso como la mayoría de las personas, desde el profesional contrastado hasta el aficionado ocasional, tienen nítidamente definidos los males que azotan al ciclismo acuñando unas verdades incuestionables que por reiteradas en ningún momento se han detenido a cuestionar ni a ejercer una reflexión que sirva para ser consecuente con los pensamientos de uno mismo.

Focalizar los problemas en torno al dopaje o al UCI Pro Tour es un discurso que por típico y tópico siempre es adoptado por aquel o aquellos que se parapetan en un razonamiento simplista que puede resultar popularmente válido para esconder la verdadera realidad de una circunstancia desfavorable.

No es grato comprobar como no existe la revisión y el análisis profundo por parte de la prensa especializada, posiblemente los únicos agentes teóricamente objetivos en torno a todo lo que concierne al ciclismo.

Pero cada categoría ciclista tiene su propio cliché. En esta ocasión, centraremos la mirada unos peldaños más abajo de lo que ha dado por llamar la escalera ciclista. Allí nos encontramos con las categorías inferiores y el mal endémico que popularmente se esgrime en torno a los jóvenes practicantes del deporte del pedal que viene dada por la siempre eterna figura de los padres.

Detenerse en ello durante un instante dado el período de inactividad general que tiene el deporte del pedal por estas fechas resulta oportuno. No existe un decálogo establecido que marque la línea a seguir en algo tan complejo como es la conducta del ser humano, pero la realidad es que en buena parte de las ocasiones, las soluciones más simples son las últimas en las que en último lugar se incurre.

Todos los padres son unos directores deportivos en potencia y desgraciadamente actúan con frecuencia como tales, cuando es un rol que no les corresponde. Que un niño forme parte de un equipo no da derecho a unos padres a guiar los pasos de éste independientemente de que puedan interpretar que las consignas que recibe su hijo puedan ser erróneas.

A la hora de decidir en que club o equipo integrar al joven ciclista, los padres deben asumir que en ningún momento tienen que interferir en la relación entre el director deportivo y el joven ciclista desde el punto de vista deportivo donde es el responsable técnico el único capacitado para guiar el grupo.

Evidentemente los pensamientos pueden no concordar, pero jamás se debe cuestionar y contradecir un método de trabajo de un director deportivo que vela por todos los componentes del grupo. Es interesante, que antes de integrar a un niño en un club, equipo o formación ciclista, los padres evalúen y analicen el lugar idóneo para que el joven no sólo se forme como deportista sino también como persona.

Una vez tomada tal determinación, es evidente que pueden surgir posturas encontradas, y siempre un buen director deportivo estará abierto a dialogar personalmente con cualquiera de los padres que deseen intercambiar opiniones, pero la realidad indica que exclusivamente las directrices válidas son las que marca el director. Generalizando, no existe un interés por cuestionar si las pautas marcadas por el profesor de matemáticas donde el joven ciclista cursa sus estudios son las adecuadas, pero sin embargo si se da la circunstancia de que el profesor de ciclismo está cuestionado de forma permanente.

Es indudable que los padres desean lo mejor para sus vástagos, pero no siempre las buenas intenciones alcanzan los mejores propósitos. Unos padres que desautorizan las indicaciones de un director deportivo y fuerzan sobre su hijo premisas propias, no hacen otra cosa que desestabilizar emocionalmente al joven ciclista, ya que por un lado corrompen la esencia de un equipo y por otro desencadenan una deslealtad hacia unos compañeros e integrantes de un conjunto, por parte de un joven ciclista que no tiene voluntad alguna de que esto suceda.

La complicidad, la unión y la confianza son pilares básicos para alcanzar un estado que favorezca el desarrollo del joven ciclista, y las interferencias de los padres contribuyen a generar un efecto contrario. Lo que acontece en el deporte, es fiel reflejo de lo que sucede en la sociedad, y muchos de estos valores están en desuso, dado que asistimos a una cada vez más acusada actitud egoísta donde cada uno mira única y exclusivamente por si mismo.

Entroncando con esto y curiosamente al contrario de lo que sucede en la sociedad, donde cada día es más necesario tener una preparación adecuada para afrontar una vida laboral, en el mundo ciclista se observa también un gran conflicto existencial donde al joven ciclista le llega según va cumpliendo años la siempre recurrente afirmación de la incompatibilidad del ciclismo con los estudios.

Nada más lejos de la realidad y es que nunca se debe permitir que un joven ciclista deje de estudiar o que deliberadamente no sean superados los cursos escolares debido a que sus resultados deportivos invitan a creer que podrá vivir profesionalmente del deporte de la bicicleta.

Apartar a un joven de sus estudios es directamente hipotecar su futuro, aunque por fortuna, son cada vez más los ejemplos de ciclistas que compiten y estudian al más alto de los niveles en categorías como la amateur donde aun se sigue alentando a dejarlo todo por una dedicación exclusiva a la bicicleta.

En definitiva, tiempo de descanso y de inicio de temporada, no sólo para los jóvenes ciclistas sino también para los padres, que deben detenerse, aunque sólo sea por un instante, a pensar en el papel que juegan en esto del ciclismo, en la que simplemente aplicando el sentido común tendrán la posibilidad de desprenderse de la etiqueta de conflictivos y disfrutar en familia de un deporte del que se pueden extraer tantos valores positivos como es el ciclismo.

Fotografía: www.photopress.be

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6 de diciembre de 2007

Como y cuando quiere

A poco más de diez kilómetros de Tolosa y a casi veinticinco de San Sebastián se encuentra la pequeña localidad de Asteasu, a las faldas del monte Ernio ocupando el centro de un pintoresco valle que vierte sus aguas al río Oria, dentro todo ello, de la provincia de Guipúzcoa.

Localidad de paisajes verdes y armoniosos con uno de los mejores conjuntos de arquitectura popular de la región en torno a sus cuidados caseríos, construcciones típicas y estampa inequívoca de la tradición rural de Euskadi.

El núcleo poblacional de Asteasu podríamos dividirlo en dos partes bien diferenciadas aunque prácticamente unidas. Por un lado, la zona baja, Beheko Kalea, donde está situada la Casa Consistorial como emblema. Y la otra, Elizmendi, situada en una pequeña colina donde se asienta la iglesia de San Pedro.

Es tras ascender la notable pendiente, cuando alcanzamos a divisar el trazado, que desde la temporada pasada tiene este nuevo y atractivo emplazamiento. Tres eran los euros que había que pagar religiosamente para acceder al circuito, donde nos recibía la oscura y enigmática iglesia de San Pedro, cuya visita resultaba ser una magnífica excusa en la que emplear el tiempo hasta el inicio de las diferentes pruebas de la matinal de ciclo-cross.

Sorprende la mezcolanza de estilos del templo, dado que la portada es románica y el retablo mayor barroco. Y Por si fuera poco, la pila bautismal es una joya gótica en piedra tallada de una sola pieza, donde sostenido por dos ángeles, se deja ver el escudo de Asteasu. Curioso cuanto menos.

Un magnífico día soleado impropio de estas fechas invitaba a disfrutar de un espectáculo que a priori suscitaba interés entre los aficionados a tenor de la afluencia de espectadores al circuito. Guipúzcoa antaño escenario de grandes pruebas del ciclo-cross mundial, sólo tiene la posibilidad, hoy en día, de observar las evoluciones de figuras de talla internacional, en la prueba que se disputa en Asteasu. Y como no puede ser de otra forma, la afición guipuzcoana responde y con mayor interés si cabe cuando en el cartel se anuncia la presencia del número uno de la especialidad mundial, el belga Sven Nijs (Rabobank).

El circuito se encontraba en unas perfectas condiciones, incluso fue mejorando con el suceder de las pruebas, permitiendo a los ciclistas mantener un altísimo ritmo de carrera y puntualmente a las doce y media de la mañana se dió el pistoletazo de salida con las cámaras de ETB en directo.

Desde las primeras pedaladas la carrera tenía clarificados los nombres de los ciclistas que se iban a disputar las plazas de privilegio. Cuatro ciclistas, divididos en dos parejas, iban a luchar unos por la victoria y los otros por el escalón inferior del podium. Por un lado, Sven Nijs (Rabobank) y Sven Vanthourenhout (Sunweb-Projob) lideraban la prueba, y con una decena de segundos de retraso eran Radomir Simunek Jr. (Palmans-Cras) y Jonathan Page (Sunweb-Projob) los que transitaban tras los fugados.

La gran sorpresa de la jornada aparecía ya desde la primera vuelta en la quinta posición, y venía de la mano del ciclistas cántabro Constantino Zaballa (Caisse d´Epargne) que dejó atónitos a los presentes con su poderoso pedalear siendo capaz de acabar en meta como el primero de los ciclistas nacionales.

Realmente las posiciones cabeceras no sufrieron prácticamente variación alguna durante la totalidad de la prueba y era, tras estas primeras cinco plazas, donde si existía una constante alternancia de posiciones.

Unai Yus (Aidazu-Lankide) era el ciclista señalado a dar caza con el suceder de las vueltas a Tino Zaballa, pero no tuvimos la oportunidad de contemplarlo dado que las averías se cebaron en el bravo corredor alavés. Hay quien dice que la mala fortuna está detrás de esta serie de averías, pero en Unai Yus los diferentes problemas que está teniendo con los tubulares son algo más que un discurso simplista de mala suerte. Los tubulares requieren de un mantenimiento y especialmente unos cuidados esenciales para extraer de ellos el mejor de los rendimientos y sencillamente la atención en este apartado por parte del corredor alavés no está siendo la adecuada.

Dos veces se encontró con el inconveniente de ver como perdía terreno con sus rivales por problemas mecánicos, pero sus reacciones eran meritorias y no se contrariaba por las circunstancias adversas derrochando un inconformismo y una ambición que se reflejaba en los ánimos de un público entregado al generoso esfuerzo del ciclista alavés.

Tras estas seis primeras posiciones, un grupo sin gobierno formado por Christian Heule (Stevens Racing Team), Wesley Van der Linden (Subweb-Projob), David Seco (Spiuk-Super Froiz), Isaac Suárez (Cantabria Infinita), Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) y Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) pedaleaban para repartirse las restantes plazas de privilegio.

El suceder de las vueltas fue clarificando las posiciones. En cabeza de carrera Sven Nijs (Rabobank) ya se veía ganador, incluso soltado de rueda de forma clara a Sven Vanthourenthout (Sunweb-Projob). Pero si algo tiene Sven Nijs que hace que sea tan deseado por el público es que intenta no sólo ganar sino entretener, si existe posibilidad para ello, a unos espectadores deseosos de disfrutar del espectáculo.

A decir verdad, si Sven Nijs hubiese puesto un ritmo demoledor a las primeras de cambio, la lucha por la primera plaza no hubiese existido y su victoria habría sido holgada, contundente y monótona. Sin embargo, ralentizaba conscientemente la velocidad para hacer más vistosa la prueba, incluso brindó a los espectadores la posibilidad de contemplarlo saltando los obstáculos artificiales sin bajarse de la bicicleta para deleite de unos aficionados deseosos observar dicha acción.

La primera vez fue para pulsar el ritmo de Vanthourenhout mediada la carrera y en la que nuevamente pudo comprobar como en el momento en que lo decidiese lo soltaría de rueda. La segunda y última ocasión que lo hizo fue de cara a la galería y cuando ya era conocedor en la última vuelta que la victoria estaba en el bolsillo. Sven Nijs se queja un tanto, de que de un tiempo a esta parte, los obstáculos artificiales han sido acercados unos a otros imposibilitando que en muchas ocasiones pueda afrontarlos sin desmontarse de su máquina por la peligrosidad que entraña tan habilidosa acción.

Así se consumó la fácil victoria de Nijs sobre Vanthourenhout con cuarenta y cuatro segundos de diferencia en meta, en una carrera que sólo tuvo la emoción que Nijs quiso dar. Por detrás en el duelo entre Simunek y Page, el ciclista de la República Checa siempre fue superior y lo certificó en meta aventajando en dos segundos al ciclista americano y perdiendo un minuto y dieciocho segundo con respecto al vencedor.

La quinta plaza, en tierra de nadie, sin posibilidad de restar diferencias a los corredores que le precedían y sin amenaza alguna tras la primera de las averías de Unai Yus, fue a parar a las manos de Tino Zaballa. Nueva muestra de que en el panorama nacional cualquier ciclista con talento e interés puede entrar directamente a la élite de la especialidad. Tan sólo hace un mes que decidió comprarse las bicicletas y ha tenido que costeárselas de su propio bolsillo, puesto que ni desde el Caisse d´Epargne le han proporcionado ninguna bicicleta y tampoco desde su futuro equipo en la temporada 2008, el conjunto portugués del LA-MSS, le han facilitado material alguno para esta especialidad ciclista.

Sin técnica, pasando los obstáculos con la sensación de que en cualquier momento podía tener un percance en forma de caída, y sin la destreza para afrontar las zonas viradas del circuito, en las que su trazada era una reiterada improvisación, mostró unas poderosas condiciones físicas, que lo hacen un rival tremendamente peligroso de cara a un Campeonato de España a celebrar en Villarcayo (Burgos) que al igual que este circuito de Asteasu será benevolente con aquellos ciclistas que no son especialistas. De la misma forma, se suma a la lucha por una ansiada plaza mundialista, que afortunadamente, cada año resulta más cara.

La verdad, es que salvo Sven Nijs, nadie ofrecía un pedalear tan poderoso como el de Zaballa en las rectas del circuito, pero desgraciadamente la potencia sin control no sirve de nada, o al menos no se obtiene eficiencia, ya que no fueron pocas las veces, en la que su ímpetu y velocidad en las rectas acababa con la posibilidad real de ver a Zaballa fuera del circuito cada vez que tenía que afrontar una curva. La realidad es que mientras los especialistas trazaban unas parábolas bien definidas al afrontar las curvas, Zaballa debía resignarse a dibujarlas cuadradas.

Llegaría casi dos minutos y medio más tarde que Sven Nijs a meta, pero la sensación que dejó en los aficionados fue magnífica. No ocurrió lo mismo con Christian Heule (Stevens Racing Team) que dio una sensación constante de frialdad y de no haber entrado nunca en carrera perdiendo poco más de un minuto con respecto a Tino Zaballa, cuando días antes había sido noveno en la prueba de Igorre y la campaña anterior había conquistado la victoria en este mismo circuito.

Van der Linden en su intento de reciclaje y vuelta a la especialidad que lo señalaba como promesa de este deporte pero que abandonó por el intento de abrirse camino en el ciclismo en ruta, ocupó una anónima séptima plaza y es que por detrás de él, llegaron Unai Yus y David Seco separados ambos por tan sólo dos segundos, ciclistas en los que estaban puestas todas las miradas de los espectadores en el final de carrera.

David Seco (Spiuk-Super Froiz) realizó una carrera inteligente, agazapado y sacando provecho de las circunstancias de carrera. Son ya muchas las semanas de competición tras la lesión que impidió a Seco afrontar la temporada de la manera deseada, pero la evolución de su forma física no es tan significativa como antaño. Y esto unido a la inactividad de la temporada pasada y a otra serie de factores, hace sencillamente que sus rivales nacionales le hayan perdido el respeto y no infunda el pavor de tiempo atrás.

Esto lo vimos en la determinante actitud de Unai Yus (Aidazu-Lankide) que tras el segundo de los percances mecánicos quedó fuera de las diez primeras plazas y tras remontar y superar a Javier Ruíz de Larrínaga dio alcance a David Seco. El ciclista de Busturia se soldó a su rueda y los espectadores se aprestaron a ver un emocionante duelo por la octava plaza y subliminalmente por la victoria entre los especialistas nacionales.

Seco no goza del pedaleo fresco y enérgico que lo ha caracterizado y con una tosca y persistente marcha, Unai Yus tensaba un ritmo que incomodaba a David Seco, aunque trataba de disimular gesticulando para que el ciclista alavés entendiese que a su rueda marchaba con solvencia.

Unai Yus forzaba y abría un mínimo hueco en las rectas pero David Seco anulaba cualquier conato de fuga en las curvas donde finalizaban dichos tramos rectilíneos. Pero en algunos de ellos, el terreno perdía la horizontalidad existiendo una pendiente que aunque apenas perceptible, si servía para mostrar que David Seco acabaría claudicando tarde o temprano. Efectivamente, en el segundo de los desniveles de la campa principal, Unai Yus abrió un pequeño hueco que David Seco no pudo recortar al encadenarse este tramo con la zona del control de material en la que finalmente arrojó la toalla ante la imposibilidad de hallar un terreno favorable para recortar la ventaja.

Por detrás de ellos, Isaac Suárez (Cantabria Infinita) hacía tiempo que había perdido cualquier opción de incluirse entre los diez primeros y se fue diluyendo irremediablemente en las últimas vueltas, confesando al finalizar la prueba que no encontró en ningún momento el ritmo idóneo de carrera. Mientras, y de forma positiva, el inesperado buen hacer de Gorka Izagirre (Seguros Bilbao), que aunque siempre a cola del grupo importante, a punto estuvo colarse entre los diez primeros. Dicho resultado fue de forma merecida finalmente para Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) que tras una carrera irregular tuvo que conformarse con esa posición en un circuito al que podía haber sacado mayor partido.

Se echó de menos la presencia de los más destacados especialistas gallegos y catalanes en esto del ciclo-cross, y es que la asistencia a una cita internacional cerca de casa y con televisión en directo, es inexcusable, aunque coincidan en fecha con otras pruebas del territorio nacional.

Por lo demás, todo salió de forma impecable y a buen seguro que tanto para la brillante organización como para el numeroso público asistente a la prueba quedó un buen sabor de boca tras lo acontecido en la interesante mañana de ciclo-cross que se vivió en Asteasu.

Fotografía: www.barakaldesa.com

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