27 de octubre de 2008

El cordón umbilical se ha roto

"Nuestras vidas son los ríos, que van a dar al mar, que es el morir. Allí van los señoríos derechos a se acabar e consumir". Sólo esta estrofa basta para hacer imperecedera la gloria de un poeta. Basta y sobra.

Todo nace del prodigio de la pluma de Jorge Manrique en esas «Coplas a la muerte de su padre». Don Rodrigo Manrique falleció en Ocaña (Toledo) el 11 de Noviembre de 1476, víctima de un cáncer que devoró su rostro y semejante imagen de las postrimerías de la vida de su progenitor, marcó a Jorge Manrique.

Por ello, expresó en las "Coplas" no sólo el elogio fúnebre, sino la contemplación misma de la vida como bien perecedero y mortal, del tiempo como víctima del tiempo y de la belleza como objeto de nostalgia más que de celebración.

Merece la pena leer a Jorge Manrique ya que tiene un misterio especial. Algo mágico que lo identifica con una época y una sensibilidad que nos parecen fijados de una vez y para siempre por la sola gracia de unos pocos versos. No es casualidad el culto rendido desde hace cinco siglos al autor del primer gran poema de su género en lengua castellana.

En la popular sexta estrofa, el agua es utilizada como una extensa metáfora de la vida, con su dolor y su dicha, con su esplendor y su quiebra de expectativas. Bien sea en el mismo cauce del río Nela o con el Pisuerga en lontananza, que uno no puede evitar tener un sentimiento de tristeza cuando contempla las evoluciones y el deambular de David Seco en este inicio de temporada.

Al observar detenidamente al ciclista, aflora irremediablemente la sensación de pesadumbre adivinando que la carrera deportiva del ciclista de Busturia está cerca de su desembocadura. A lo largo de nuestra vida, las personas se degustan y se esfuman sin tiempo para incorporarlos a nuestra identidad, pero David Seco en el ciclo-cross español era algo más, era un "ser transicional".

Todos aquellos que un día fuimos niños, recordamos con nostalgia aquellas cosas materiales en las que concentrábamos nuestro afecto y confianza. Son clásicos el muñeco de trapo o de peluche que los pequeños abrazan para conciliar el sueño o el simple trapo como el que acompaña a todas partes al pequeño Linus en las tiras cómicas de Charlie Brown.

Donald Winnicott, pediatra y psicoanalista inglés, fue quien alumbró el término "objetos transicionales" para denominar a estos objetos. En ellos veía la representación de la seguridad materna cuando la madre está ausente. Son, por tanto, una especie de cordón umbilical que a través de la fantasía crea vínculos firmes entre el sujeto y la realidad.

No hace mucho tiempo, en la década de los noventa, el ciclo-cross entró en un irremediable declive del que afortunadamente se ha recuperado en las últimas temporadas. Por aquel entonces, las figuras que acaparaban la atención de los aficionados estaban caducas, compitiendo muchas de ellas por la admirable afición que profesaban por la especialidad, quedando atrás su implicación más determinante.

El relevo generacional no se certificaba, dado que las jóvenes figuras en ciernes que apostaban por la especialidad desertaban cuando sus mejores años estaban por llegar. David Seco invirtió la tendencia. El ciclista se convirtió por derecho propio en la representación figurativa del ciclo-cross nacional, en un panorama donde huérfanos de ciclistas involucrados en la especialidad, era indiscutiblemente la referencia. Un ciclista superlativo con respecto a los rivales nacionales a los que se enfrentaba.

El ciclista no se conformó con la práctica autómata de una especialidad ciclista en descrédito. Eran años en los que con algo más que afición y empleándose con un mínimo de interés, se abría para cualquier ciclista la posibilidad inexorable de lucimiento personal. Sin embargo, y de forma determinante, David Seco fue un paso más allá encaminando nítidamente su objetivo hacia la búsqueda de una formación que pudiese llevarlo a las cotas más altas que el ciclista estuviese en disposición de alcanzar.

De la mano de Paul Herijgers se inició en la preparación consecuente y científica de la especialidad, cuando en el territorio nacional la preparación en materia de ciclo-cross iba por otros derroteros bien distintos. Sus estancias, por aquel entonces novedosas, en Bélgica, suponían un gran esfuerzo en muchos sentidos, pero sirvieron con la constancia y el paso de los años para señalarlo, como el ciclista más avanzado en el conocimiento y preparación de un deporte como el ciclo-cross en el territorio nacional.

Tal circunstancia, de partida ya era una enorme ventaja, y naturalmente se plasmó en un incontestable dominio que le reportó una ingente cantidad de victorias y títulos a lo largo de los últimos años.

Sin embargo esa luminiscencia única la había perdido en las últimas temporadas. A la vez que el ciclo-cross nacional resurgía, la figura del ciclista de Busturia perdía su halo característico. Al ciclista se le había concedido en gracia, una especie de moratoria teniendo en cuenta los diferentes problemas por los que había atravesado en las últimas campañas, siendo determinante la temporada 2008/2009 para realmente conocer el lugar exacto donde ubicar al ciclista dentro del ciclo-cross nacional y determinar si continuaba siendo merecedor de su privilegiado estatus del pasado.

Pues bien, todo hace pensar que esa función transicional está desmarcándose totalmente de David Seco. Los niños siguen teniendo sus mascotas o juguetes preferidos que sobreviven a las avalanchas de regalos, pero que cada vez les rinden menos lealtad. Lo mismo sucede con la figura de David Seco, que a pesar de que su recuerdo nos evoca a muchas jornadas históricas de nuestro ciclo-cross, su estampa ha caído en una desidia perniciosa, que lo está conduciendo irremediablemente al anonimato.

Desde la infancia aprendemos lo que es la avidez por lo nuevo y el desdén por lo usado y lo gastado. No en vano, cuando somos adultos paulatinamente nos desprendemos de las cosas durables, de aquello a lo que guardar una fidelidad a lo largo de toda una vida o de una etapa importante de ella. Antes se apuraban las cosas hasta el último aliento y hoy en día ha quedado borrado el encanto de aquello que otorgaba alguna forma de distinción.

Sustentados en lo efímero, despojamos de sustancia a aquello que antes nos servía como llave de la memoria. Cuanto más momentos incorporamos a nuestra vida, más se acorta la de aquello que nos rodea. Renovando continuamente nuestras compañías materiales y nuestras apariencias, se eliminan también esos elementos transicionales que nos hablan de la identidad.

Todos necesitamos depositar en las cosas algo de nuestro yo, confiarles nuestros sueños, dotarlas de significado y reconocernos en ellas. En el culto a las cosas perdurables hay una espiritualidad que no conoce el aficionado inestable y compulsivo, esclavo de lo novedoso y proclive al hastío. Sería imposible comprender el cauce por el que transita el ciclo-cross nacional sin la figura del ciclista que se aventuró decididamente a sumergirse en unas aguas oscuras y hasta la fecha desconocidas. Posiblemente muchas de las estampas que guardamos los aficionados en la retina tiene incluida la figura de David Seco contribuyendo con ello a dotar a nuestra memoria ciclista de mayor identidad.

David Seco no se ha caracterizado nunca por ser un ciclista emocionalmente estable. Permanentemente envuelto en los últimos tiempos en conflictos intra e interpersonales que han mellado en su rendimiento deportivo, ha conseguido ocultar sus carencias gracias a su amplia gama de recursos técnicos adquiridos a través del entrenamiento eficiente. Sin embargo, a día de hoy ya se tornan insuficientes como para encubrir una desconocida y decepcionante estampa física que invita a pensar que es un ciclista con más pasado que futuro, e incluso que presente.

"Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor".

Posiblemente su persona se ha labrado merecidamente una animadversión general sustentada en un comportamiento arrogante, que no invitaba a establecer ningún tipo de relación afectiva con su figura deportiva, pero dejando a un lado el análisis más exaltado y ciñéndonos a lo meramente deportivo, el ciclo-cross nacional en su presente no se entiende sin la figura de David Seco.

"Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no, pensando que ha que ha de durar lo que espera, más que duró lo que vio porque todo ha de pasar por tal manera".

Todavía estamos en tiempos de disfrutar de las evoluciones del ciclista independientemente de sus resultados, de unir la nostalgia de un pasado a una nítida imagen del presente, creando un vínculo satisfactorio que nos permite identificar de un modo u otro el pasado del que procede la especialidad, con el presente que gozamos y el futuro que atisbamos.

Merece la pena detenerse en ello. Llegará un tiempo, en el que ya nos resultará imposible. Y ese momento, en este inicio de temporada, se ve más cercano que nunca.

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10 de octubre de 2008

Muriendo de éxito

Una de las características del ciclo-cross es que se trata de un deporte con una gran tendencia al desarrollo de la observación. Durante la carrera, los protagonistas se encuentran mediatizados por los cambios que se producen en el entorno, cobrando especial protagonismo los adversarios y el terreno por el que transitan.

En este deporte se requiere de una habilidad lógica de regulación externa. Para comportarse en correspondencia al nivel de los demás competidores, es necesaria una adaptación y una regulación a factores externos mediante la información y visualización periférica e interactuando de manera congruente en las distintas fases de la competición, de acuerdo a los respectivos objetivos y a una determinada posición individual dentro de la dinámica de la carrera.

A pesar de que no han sido pocas las ocasiones en las que se ha intentado que en el deporte del ciclo-cross el colectivo tuviese una mayor importancia, la figura individual es claramente determinante.

Quienes en alguna ocasión han tenido la oportunidad de pedalear o han sufrido la placentera sugestión de la emoción de la competición, aquellos que a centímetros de los ciclistas sienten la alteración de sus constantes vitales o los que la belleza plástica en los movimientos de los protagonistas los lleva a contemplarlos, acaban tarde o temprano identificándose mental y afectivamente con un sujeto. Por este motivo, cuando un deporte es tan marcadamente individual, las filias y en menor medida, las fobias, son marcadamente personalizadas.

Cada fin de semana, el profundo silencio de un parque o de una zona boscosa se rompe con los estridentes gritos de los numerosos aficionados. La habituales frías mañanas, parecen invitar a jalear con fervor, viviendo y envolviendo a cada aficionado en un ambiente más cálido. Ataviados con enseñas de muy diferentes colores, la confrontación entre los protagonistas pasa a cobrar una vibrante dimensión.

Cada aficionado vive y se envuelve en su pasión por un determinado ciclista. Son muchas y muy variadas las motivaciones que lo llevan a tal decisión. La decisión no es fácil, y depende del cúmulo de experiencias, sensaciones y recuerdos que cada individuo lleva en su intimidad, y que para bien o para mal, lo inducen a identificarse con un nombre.

Realizando un intento por analizar y conocer las motivaciones de los aficionados a seguir a un determinado ciclista, podemos agruparlas en tres grupos bien definidos. La primera de ellas sería la inducción familiar, que puede ser ejercida por algún miembro de la familia o del entorno social. La segunda de ellas, se puede definir como orgullo local, que se deriva esencialmente de la identidad de los originarios de una ciudad o región con un determinado ciclista. Y en tercer lugar podríamos hablar del efecto mediático, que despiertan los medios de comunicación sobre un determinado deportista.

A pesar de escenas como la protagonizada por Bart Wellens (Fidea Cyclocross Team), el 18 de Diciembre del año 2005, en la prestigiosa prueba Vlaamse Druivenveldrit Overijse (Bélgica) donde fue descalificado tras obtener la victoria, al golpear intencionadamente durante el transcurso de la carrera a un espectador que reiteradamente lo insultaba, las filias destacan por encima de las fobias.

Tal es así, que las grandes estrellas están muy cotizadas. Para algunos, demasiado cotizadas. No son pocos los que advierten que la vorágine económica hacia donde se está dirigiendo el ciclo-cross acabará por tener consecuencias negativas para esta disciplina.

La primera polémica en este sentido, saltó el pasado 5 de Octubre con motivo de la celebración del GP AVB Zonhoven en Bélgica. La estrella más mediática de la especialidad, Sven Nijs (Landbouwkrediet) solicitaba 8.000 € por participar en la prueba. El organizador de la misma, sencillamente respondió que el ciclista de Baal no valía ese dinero. La respuesta toma un cariz distinto, cuando el organizador de la prueba de Zonhoven es Hans Van Kasteren, que es a su vez el manager del equipo Fidea Cyclocross Team, conjunto que aglutina habitualmente a los más enconados rivales que encuentra Nijs.

Los 8.000 € de Sven Nijs (Landbouwkrediet) comparados con los 4.250 € de Bart Wellens (Fidea Cyclocross Team) son para Van Kasteren una diferencia abismal, cuando habitualmente los duelos entre ambos son el aliciente de no pocas pruebas.

Nijs entiende que sus emolumentos están completamente justificados. Argumenta que su sola presencia en una prueba, incita a un mayor número de personas a asistir a la competición. Calcula que del orden de aproximadamente 1.000 personas van expresamente a contemplar su maestría sobre la bicicleta. Si los espectadores, por acceder al circuito tienen que pagar una entrada que varía entre los 8 y los 15 €, entiende que es razonable su petición económica.

Además, la edad y su vinculación en el año 2008 al Mountain Bike, hace que durante esta temporada de ciclo-cross vaya a seleccionar sus participaciones, reduciéndolas de forma notable, lo que se traduce en un menor número de participaciones y a su vez un menor número de oportunidades para que los aficionados puedan contemplarlo, por lo tanto cobra un mayor interés cada una de sus actuaciones.

Unido a todo esto, la participación de Sven Nijs allá donde se produzca, no deja insatisfecho a nadie, puesto que su competitividad está puesta fuera de cualquier duda. No en vano, es conocido como "El Caníbal de Baal".

Posiblemente, el motivo que ha llevado a Van Kasteren a abrir la caja de los truenos, y a romper el hermetismo donde se guardan ciertas informaciones, tenga más que ver con la rivalidad, ya que los 4.250 € de Bart Wellens, los 3.250 € de Erwin Vervecken o los 3.000 € de Zdenek Stybar, deja en un escalón inferior a sus ciclistas, comparado con el nuevo caché de Sven Nijs.

Tan sólo Lars Boom (Rabobank) se acerca a las cifras de Sven Nijs, al elevar a 6.000 € el condicionante económico para contar con su presencia en cualquier prueba. No tan notoria su vinculación al ciclo-cross, ya que ese mismo fin de semana estaba compitiendo en el IX Cinturó de L´Empordà, justifica que su maillot arco-iris tiene ese valor.

El teórico relevo en la especialidad de Sven Nijs, el también belga Niels Albert (Palmans-Cras), y cada día más confirmado en la élite mundial del ciclo-cross, es otro de los ciclistas más cotizados, con un caché de 3.500 €. A pesar de ser uno de los ciclistas más valorados, tiene una posición discordante sobre la situación económica hacia la que se dirige el ciclo-cross. No es partidario de vincular el fijo por participar a la trayectoria o alcance mediático de un determinado ciclista, sino al rendimiento que ofrece en la prueba. Como si de una reivindicación zapatista se tratase, reclama aquello de la tierra para quien la trabaje, es decir, retribución económica en función del resultado. Y es que si a uno le están pagando simplemente por correr, lo mínimo que debe hacer es corresponder a la organización del mismo modo que es retribuido.

Peter Van Den Abeele una de las principales voces representativas de la Unión Ciclista Internacional en materia de ciclo-cross aboga en este sentido, ya que puede llegar el momento en el que quiebre la saludable estabilidad del ciclo-cross.

La retribución de figuras de segundo orden, como los 2.000 € de Klaas Vantornout (Sunweb Projob Cycling Team), los 1.800 € de Richard Groenendaal (AA Drink Cycling Team) o los 1.500 € de Sven Vanthourenhout (Sunweb Projob Cycling Team), se puede considerar acorde a sus prestaciones, independientemente si la vara de medir a utilizar son los resultados en competición o el tirón popular que despiertan entre los aficionados.

Pero quienes no están entre los más cotizados, y reciben 900 € como Kevin Pauwels (Fidea Cyclocross Team), 400 € como Ben Berden (Revor Cycling Team) o 300 € comon Jan "Jakke" Verstraeten (Sunweb Projob Cycling Team) tienen una visión más negativa que nadie de la situación. Así por ejemplo, Ben Berden indica que el aumento vertiginoso del caché de determinados ciclistas, no va de la mano con el aumento del presupuesto de las diferentes pruebas. Esto significa, que el presupuesto que antes se dividía entre un mayor número de ciclistas, ahora únicamente va destinado a unos pocos, lo que se traduce en que en un futuro no muy lejano, serán menos los que podrán continuar en la élite del ciclo-cross, abandonando quienes no son figuras de primerísima fila, el profesionalismo.

De ese modo, él difícilmente cubre los gastos, pero hay otra serie de ciclistas que sin recibir ningún tipo de compensación económica, pierden dinero al participar, lo que tratándose de ciclistas profesionales es inconcebible. Ello traerá como mal menor, un éxodo hacia otras pruebas donde países con menos tradición, desean contar con alguna figura con la que medir a sus corredores locales, y lo que es más traumático, acarreará obligadas deserciones de la especialidad.

No se debe olvidar, que el ciclo-cross es un deporte donde sólo gana uno y todos los demás pierden. Si se marchan los que pierden, al final acabaremos perdiendo todos.


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6 de octubre de 2008

Es país para viejos

Los aficionados al buen cine tendrán una nueva e inexcusable cita con Joel y Ethan Coen, ya que en pocos días se estrenará en España su nuevo trabajo, que lleva por título "Burn After Reading" (Quemar después de leer). Un nuevo thriller cómico que inauguró la pasada Mostra di Venezia con una excelente acogida por parte del publico y de la crítica.

Aunque con un elenco de actores de la talla de Brad Pitt, George Clooney, John Malkovich, Tilda Swinton o Frances McDormand, el éxito de público estaba asegurado, la opinión de la crítica especializada era más compleja de satisfacer, merced al excelente trabajo precedente.

Y es que en la anterior obra, "No Country for Old Men" (No es país para viejos), otro thriller cómico estrenado en el año 2007, consiguió ocho candidaturas para la 80ª edición de los Premios Oscar, llevándose cuatro estatuillas de las consideradas "mayores". Se da la circunstancia, que uno de esos galardones fue a parar a las manos de Javier Bardem, el primer y único actor español, que hasta la fecha ha conseguido una.

El cine de estos dos peculiares hermanos es interesante de analizar, ya que sus diferentes películas guardan una serie de características que las hacen comunes. Por ejemplo, una parte integral de no pocas películas son los variados aspectos que hacen el carácter de una ciudad, estado o región de los Estados Unidos, que es donde se desarrollan las tramas argumentales. En "Rasing Arizona" (Arizona Baby), aparecen los distintivos paisajes de Arizona y algunos de los personajes son estereotipos exagerados de los ciudadanos de la zona.

Algo similar ocurre en "Fargo". Los paisajes y acentos exagerados de los pobladores de Dakota del Norte y Minnesota son parte esencial de la película. "The Big Lebowsky" (El Gran Lebowsky) está situada en Los Ángeles, donde el personaje principal así como buena parte de los secundarios son emblemas de la ecléctica población que habita en esa ciudad. En "O Brother, Where Art Thou?" (O Brother!) muchos de los personajes hablan con acento sureño y la banda sonora está compuesta mayoritariamente por canciones "bluegrass", no en vano estuvo rodada en la zonas rurales de Mississippi. "Barton Fink" es en algunos aspectos una sátira de Hollywood, como "The Hudsucker Proxy" (El Gran Salto) lo es de Nueva York. "No Country for Old Men" es también una descripción del paisaje remoto de Texas y Nuevo México.

Además de ubicarlas geográficamente de forma nítida, también se puede interpretar una interesante inclinación histórica, ya que frecuentemente sitúan sus películas en épocas de crisis: Así por ejemplo, "Miller´s Crossing" (Muerte entre las Flores) transcurre durante la ley seca, "Barton Fink" cerca de los ataques a Pearl Harbor, "The Big Lebowsky" (El Gran Lebowsky) durante la Guerra del Golfo, y "O Brother Where Art Thou?" (O Brother!) durante la Gran Depresión. Ya hilando más fino, se menciona la Segunda Guerra Mundial en "The Man Who Wasn´t There" (El hombre que nunca estuvo allí) y "The Hudsucker Proxy" (El Gran Salto) está ambientada en el final de la década de los años 60, en el período del programa "Sputnik" y la consecuente intensificación de la Guerra Fría.

El cine de los hermanos Coen se ha convertido posiblemente en el mayor exponente del cine independiente norteamericano, capaces de hacer películas que entusiasman a los críticos, y a su vez ofrecen una vertiente de atracción del gran público. Personas que, extrapolando vilmente su concepción cinéfila, podrían haber reflejado como nadie en un guión, la apertura del curso ciclocrossístico 2008/2009.

La otrora San Julián de Musques, y actualmente Muskiz (Vizcaya) se estrenaba en el calendario, y en la localidad ubicada en el punto más occidental de la costa vizcaína se vivieron las primeras pedaladas de la temporada.

Lo acontecido en la localidad minera, responde fielmente a un hipotético guión firmado por los Coen, aunque para elegir el título, tendrían que cambiar un tanto uno de sus títulos, y es que el ciclo-cross, "Es País para Viejos". La categoría Máster, vilipendiada largo tiempo atrás en Euskadi, se convierte en la actualidad, en el exponente del aumento de la popularidad del deporte del ciclo-cross.

La numerosa participación, arrastrando consigo a un buen número de personas acompañando a los protagonistas, transmite una sensación de familiaridad, que sin lugar a dudas ha despertado la curiosidad por esta especialidad, a no pocas personas que jamás habían osado ponerse un dorsal.

Observar a Jesús "Txutxín" Ibañez-Loyo, profesional del ciclismo durante los años 1983 y 1989, período durante el cual, pudo conquistar entre otras victorias, una etapa en la Vuelta a España (6ª Etapa Barcelona-Andorra, 29 de Abril de 1987) y un Campeonato de España en Ruta (1984), con la ilusión que afronta cada una de las pruebas que participa, contagia la querencia por esta especialidad.

Independientemente de la persona en cuestión, a nivel general, se transmite una sensación de salubridad como la mostrada por Alfonso Ibañez Serrano (Opel-Ibaigane) o Luis Díaz Ortega (Colindres) que invita a la imitación, atrapando cada temporada más adeptos a la causa, y contribuyendo a la popularidad de una especialidad que ha salido de su letargo.

Quizás, existe un "pero", y es el de aquellos que con condiciones más que demostradas para afrontar con garantías su participación en la categoría Elite-Sub´23, prefieren competir en la categoría Máster con el único propósito de obtener la victoria, para con ello destacar y enaltecer su ego ciclista. Es el caso del ciclista cántabro Manuel Gutiérrez Bermejo "Thaler". Antagónico pensar al de los ciclistas guipuzcoanos Zigor Urain Zabala (CDR) e Iñigo Roldán Uriarte (CDR) que pudiendo perfectamente actuar en la categoría Máster, como han realizado en ocasiones en la especialidad del Mountain Bike y frecuentar semanalmente el podium de aquella prueba donde participen, optan por participar en la categoría "reina".

Si el ambiente desde la primera hora de la mañana ya estaba animado, fue desaparecer de la escena los "viejos" y quedar desangelado el espacio ajardinado donde se desarrollaba la siguiente prueba, la reservada para los más jóvenes participantes, los de categoría cadete. También la categoría femenina quedó desdibujada con su escasa participación, aunque la presencia de Olatz Odriozola Mújica (Ciclos Patxi) es una buena noticia, para el cada vez más devaluado ciclo-cross femenino de Euskadi. Esperemos que la ciclista de Urnieta (Guipúzcoa) acuda regularmente a las citas del calendario de ciclo-cross, ya que su presencia se antoja necesaria.

Y es que sin lugar a dudas, la participación es escasa en las categorías donde supuestamente más interés hay por fomentar la especialidad. Esta realidad deja entrever que algo falla en la pirámide ciclista, cuando uno observa que está invertida. El cada vez menos interés por la práctica del deporte entre la juventud, unido a la crisis que, por diversos factores, atraviesa la captación de jóvenes ciclistas, hace que una especialidad minoritaria como el ciclo-cross se resienta. Gracias a la tradicional y altruista labor de unas concretas sociedades ciclistas y otra serie de personas a nivel particular, al deporte del ciclo-cross continuan llegando jóvenes deportistas, que sin lugar a dudas serán el futuro de este deporte. Mismas camisetas, diferentes jóvenes.

Y si la participación escasea, es fácil intuir que el futuro no será halagüeño, y más teniendo en cuenta que cada temporada se confirma lo dicho. De los pocos ciclistas que comienzan en la categoría cadete, son muchísimos menos los que llegan a la categoría Sub´23. Por lo tanto las posibilidades de futuro a nivel internacional de nuestros ciclistas, no estará al nivel de aquellos paises que fomentan institucionalmente la especialidad.

Siempre hay excepciones que confirman la regla, y en este caso el nombre de Daniel Ruíz Etxeandía (Opel-Ibaigane) es la más significativa, de la misma forma que se pueden añadir los nombres de Fernando San Emeterio Gandiaga (P. Incera) o Iker Arranz Sáiz (Opel-Ibaigane) ciclistas que tuvieron su papel protagonista en la categoría Junior la temporada pasada, y que continuan en la especialidad, traspasada esa dramática frontera existente entre la categoría Junior y Sub´23. La actuación de Daniel Ruíz (Opel-Ibaigane) fue esperanzadora, clasificándose en séptima posición en su debút en la categoría Elite-Sub´23, a poco más de minuto y medio del vencedor.

Constatada la serie de peculiaridades de un hipotético ciclo-cross escrito por Joel y Ethan Coen, la trama argumental se desarrolló por unos cauces que pueden ser la tónica del año: la igualdad. Los tres primeros ciclistas clasificados entrando en el mismo tiempo da buena prueba de ello. Sin embargo, la sensación de que el nivel no se eleva es palpable.

Lo vienen a confirmar el ciclista galo David Mauhourat (Tarbes CC) y el vizcaíno Daniel Ruíz (Opel-Ibaigane), que entraron prácticamente juntos en línea de meta clasificados en sexta y séptima posición respectivamente, siendo debutantes en la categoría. El ciclista de la región de Midi-Pyrénnées, que ya se dejó ver la temporada pasada por estos lares dentro de la categoría junior, se clasificó la pasada temporada en sexta posición en el Campeonato de Francia de Ciclo-Cross de su categoría, dato que no debe ser pasado por alto, ya que posteriormente en el Mundial de Treviso, para el que no fue convocado, tres ciclistas galos se clasificaron entre las diez primeras plazas, destacando entre todos ellos Arnaud Jouffroy con su victoria final por delante de Peter Sagan (Eslovaquia).

Confirmó lo apuntado en la categoría inferior y no perdió la cara en ningún momento ante sus veteranos rivales. Perdió competitividad con el suceder de las vueltas, algo que puede ser perfectamente entendible por el ímpetu mostrado en los primeros compases de la prueba al intentar mantenerse con la cabeza. Radicalmente opuesta la carrera realizada por Daniel Ruíz, que de menos a más a punto estuvo de dar la sopresa con un resultado más destacado, ya que tan sólo le separaron veinte segundos del ciclista que ocupó la cuarta plaza.

Interesante el debút de un ciclista, que no supo asimilar correctamente la presión que depositó el seleccionador Fran Plá sobre sus hombros, tirando por tierra las espectativas de un ciclista llamado a resultados más importantes de los que finalmente consiguió la temporada pasada.

Delante de los dos jóvenes ciclistas, en quinta posición se clasificó el peculiar ciclista vizcaíno Joseba León Gutiérrez (Independiente). Decía el recientemente fallecido Olin James Stephens, diseñador de algunos de los barcos más bellos del siglo XX que disputaron e incluso conquistaron la Copa América, que aunque por si misma la belleza no sea un factor de velocidad, los barcos más agradables a la vista son los más agradables de llevar. Si de las bicicletas se pudiera decir lo mismo, con el adefesio que monta Joseba León, no llegaría muy lejos. Pero volvió a rondar los puestos de privilegio con su presencia durante buena parte de la prueba en el grupo cabecero, aunque finalmente se tuvo que conformar, para su fortuna, con la quinta plaza. Posición que a punto estuvieron de "robarle" Mauhourat y Ruíz Echeandía. Mayor seriedad en la dedicación al deporte y conservación adecuada de su material deportivo, se antojan los ingredientes necesarios para que el ciclista vizcaíno pueda estar más cerca de las primeras posiciones, en el caso de que éste sea su objetivo.

La cuarta de las plazas, correspondió a otro debutante, pero no en la categoría sino en la disciplina: Aketza Peña Iza (Independiente). Al igual que a Unai Yus Querejeta en su día, Miguel Madariaga le ha cerrado contundentemente las puertas de Euskaltel-Euskadi, y recala en el ciclo-cross con la intención de seguir vinculado al mundo del ciclismo, aprovechando su anterior dedicación exclusiva y profesional a la bicicleta. La diferencia estriba, en que el ciclista alavés ya tenía tras de sí un pasado relevante en el ciclo-cross y la memoría de sensaciones sólo necesitaba ser actualizada, mientras que para el recien llegado ciclista vizcaíno, prácticamente se trata de una reconversión ciclista.

Potente y corpulento pero carente sensaciones que inviten a ser optimista sobre su futuro en la especialidad, más teniendo en cuenta que vendrán circuitos y climatología que nada tendrá que ver con la que encontró en Muskiz. Tiene muchísimo que mejorar.

La carrera se decidió entre tres ciclistas. El alavés Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Uriarte) y los cántabros Isaác Suárez (Cantabria Infinita) y José Antonio Díez-Arriola (Noja-Canalsa) que finalizaron la prueba por ese orden. Los tres ciclistas tuvieron sus opciones, siendo cada uno de ellos protagonistas en diferentes momentos de la carrera. Así, Isaac Suárez salió con muchísima fuerza y enseguida puso tierra de por medio en los primeros compases de carrera. Parecía que tenía un ritmo con un punto superior al resto, pero fue un espejismo inicial, ya que no tardó mucho en ser absorbido por el grupo cabecero.

Ciclista envuelto en problemas de patrocinio solucionados temporalmente, tiene que centrarse en lo estrictamente deportivo y hacer gala de una teórica prestancia, que dista mucho de ser la mostrada en Muskiz. Se clasificó en segunda posición, tirando de experiencia, ya que en el último tercio de la carrera, parecía el ciclista más débil del trío cabecero.

José Antonio Díez-Arriola fue el ciclista que ocupó el peldaño inferior del podium. Tradicionalmente es un ciclista que comienza la temporada a un nivel superior con respecto a sus rivales, y que no tiene una marcada progresión en su rendimiento con el transcurrir de las semanas. Ciclista de Castro Urdiales (Cantabria), la temporada pasada comenzó a entender que si quería conquistar buenos resultados tendría que olvidarse de conquistar aficionados, o al menos de la forma tan espectacular que acostumbraba a hacerlo.

Buen punto de partida que se vio refrendado con actuaciones notables la temporada pasada. Pero si lo difícil es llegar, lo complicado es mantenerse. Enmadejado en una improvisación constante en carrera, su falta de claridad a la hora de interpretar la carrera, hace que desperdicie oportunidades derrochando esfuerzos que resultan estériles. Fue el tercero en la carrera, cuando fue el ciclista superior del trío cabecero.

La victoria fue a parar a las manos de Javier Ruíz de Larrínaga, ciclista que aporta un halo distinto al resto de los especialistas, tanto de los presentes como de los ausentes. Empezando por la humildad. Nadie como él para transmitir la realidad de lo acontecido en cada carrera. Sin excusas. Sin intentar aparentar ni distorsionar la realidad en su favor. Sencillo. Consciente de sus carencias, las cuales no duda en admitir, a diferencia de aquellos que van por la vida engañándose a si mismos, con intención de hacerlo con los demás.

Mientras la mayoría de los rivales que encontrará luchará como máximo por mantener el nivel de la pasada campaña, él ha invertido tiempo y esfuerzo en mejorar sus lagunas. Desconozco si su trabajo se verá recompensado de forma palpable, pero quien adopta la mejora continua como punto de partida en su preparación, nunca irá mal encaminado.

No ofreció muestras de poderío, incluso no era el ciclista llamado a conquistar el triunfo, pero fue quién hizo una carrera más práctica. Una carrera sencilla para un ciclista sencillo. Sin obsesionarse y sin dejarse llevar por impulsos. Dando una excelente sensación de control en carrera.

Había un gran número de ausencias. Especialmente notables las de aquellos especialistas que realizan la temporada al completo. Los vizcaínos David Seco Amundarain (Spiuk), Erlantz Uriarte Okamika (Opel-Ibaigane) y David Juárez (Opel Ibaigane) se encuentran en tierras belgas. Interesante será volver a ver al ciclista de Busturia sin problemas, para de estar forma comprobar el nivel real de un ciclista, que no hace mucho tiempo apabullaba a todos su rivales. La confirmación de su declive o la recuperación de su hegemonía. Con David Seco no caben las medias tintas en la temporada 2008/2009.

De la misma forma, será interesante contemplar a su teórico, pero estancado, relevo en la especialidad. Erlantz Uriarte consume etapas y no confirma lo apuntado. Temporada importante para un joven, que ya está dejando de serlo.

Tampoco era de la partida el alavés Unai Yus Querejeta. Presente en Muskiz se encuentra recuperándose de una lesión en la clavícula. Resultaba curioso que en su continuo estrechar de manos a diestro y siniestro, siempre lo hiciese con la mano que mantenía en cabestrillo.

A buen seguro que la presencia de todos ellos aportará competitividad y pruebas más emocionantes, por lo que se antoja necesario, que las organizaciones planifiquen con mayor detalle los últimos metros de las llegadas, ya que si no es así, y en vista de que no pocas pruebas se resolverán en los últimos metros, puede irse al traste una prueba magnífica con una resolución inadecuada.

Pero la temporada prácticamente no se ha quitado las legañas. Llegarán esos ciclistas vinculados a la carretera, que con participaciones testimoniales pondrán en más de un apuro a los más habituales del ciclo-cross. Aparecerán también aquellos especialistas allende la Cornisa Cantábrica, gallegos especialmente. Y como no, aquellos que cambian durante el invierno el taqueado más ancho de las ruedas de la bicicleta de montaña por el más estrecho de las bicicletas de ciclo-cross, o lo que es lo mismo decir, el talento llegado desde Cataluña.

Se presume una temporada más competida y emocionante. ¿Y de mayor nivel? Ese ya es otro cantar...

Fotografía: Pedro Urresti

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